«Hace once años recibí un transplante de corazón. Fue como si recibiera una nueva vida». El discurso de Plácido García (Salamanca, 1936) se viste de emoción cuando evoca su trayectoria vital, marcada desde la adultez por los problemas de corazón. Pero también de un compromiso infatigable con las personas que sufren enfermedades cardiovasculares. Hace cuatro años, fundó la Confederación Española de Pacientes Cardiovasculares (Conespacar), que en la actualidad se fija distintas prioridades.
Entre ellas, las más importantes son las que conciernen a la necesidad de un incremento del volumen de cardiólogos en la Sanidad española, así como la mejora de las unidades de rehabilitación cardíaca en los hospitales y servicios de salud. «La mala planificación de las necesidades asistenciales por parte de las administraciones ha llevado a que la tasa de cardiólogos en España sea de entre 3,6 y 4 por cada 100.000 habitantes, frente a los 9,6 de Francia o los 6 de EEUU», explica el presidente de Conespacar.
«Vimos la necesidad de estar agrupados y nos pareció que la fórmula de la confederación era la más óptima, porque nos da más fuerza», defiende Plácido, cuya organización representa a casi 18.000 personas pertenecientes a distintas asociaciones de índole nacional pero también regional. Según datos de la Confederación, alrededor de dos millones de españoles sufren algún tipo de dolencia cardiovascular.
Conespacar trabaja en dos ámbitos básicos: información y defensa del paciente. «Los pacientes están cada vez más motivados. Sabe como presentarse y además cada vez está más informado acerca de su enfermedad y lo que necesita. Un paciente informado es también un paciente más sano, lo que a su vez produce un importante ahorro en los costes sanitarios», subraya Plácido García.
Una de los mecanismos de los que se sirve Conespacar para esta labor es la formación y dirección de un cuerpo de voluntarios que resuelven las dudas de los enfermos. «El paciente sale con una idea real de lo que le pasa, que es algo que se echa de menos en los informes médicos. Los especialistas no tienen tiempo para conversar con sus pacientes», lamenta García. En este sentido, la Confederación aboga por incrementar el tiempo de atención en las consultas de atención primaria «por lo menos hasta los diez o doce minutos».
Conespacar, que colabora y está presente en las comisiones del Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad, centra también su actividad en conseguir una serie de mejoras para los pacientes. Por ejemplo, romper la desigualdad que existe en la atención médica según se pertenezca a una comunidad autónoma u otra. Lograr una tarjeta electrónica sanitaria que contenga toda la historia médica del paciente y aumentar el número de cardiólogos de acuerdo con las recomendaciones de la OMS son otros de los propósitos de Conespacar. Y para ello, la organización se marca como premisa básica «participar en el diseño de las políticas sanitarias». «Las patologías cardiovasculares van a ser cada vez más prevalentes. La estrategia tendrá que implicar a todos los agentes, administración, profesionales, industria y pacientes y deberá abordar la prevención, el diagnóstico y el adecuado tratamiento y rehabilitación de los pacientes crónicos. Y estos suelen ser es eslabón más débil de la cadena sanitaria».