El presidente de RTVE, el octogenario Alberto Oliart, anunció al asumir el cargo que pensaba confiar en el equipo que ha hecho de la televisión pública la líder de audiencia. Ha sido así, sin apenas excepciones. Cesó a Javier Pons, que se fue al paro -probablemente por poco tiempo- con una indemnización de un año de sueldo, pero puso en su lugar a Santiago González, el hasta entonces director de RNE. Incluso para la dirección de Asuntos de Presidencia -el equivalente a su jefe de gabinete- nombró a una persona que ya estaba en la casa, a Silvia García, que era con Luis Fernández la directora de la Asesoría Jurídica. Ha sido así, hasta hace unos días, cuando al fin Alberto Oliart ha hecho una excepción: su sobrina..
Se llama Silvia Delgado y Oliart la ha presentado en la casa como una experta en canales temáticos. Trabajaba en MTV y en su currículum también figura un master. Acaba de ser nombrada directora de Coordinación de Contenidos, desde donde se ocupará, entre otras cosas, de mejorar el canal internacional. Oliart anunció al consejo de administración su contratación -no se votó ni se consultó, la decisión ya estaba tomadas- y hace unos días los consejeros han recibido el currículum de la sobrina.
Oliart tuvo hace un par de semanas el primer encontronazo con el consejo de administración de RTVE, un órgano con bastante más poder en el funcionamiento interno de la casa del que le gustaría a su nuevo presidente. Hace unos días, los consejeros reprocharon a Oliart que anunciase el nombramiento de Santiago González sin consultar con el consejo, cuando es el consejo, por votación, quien decide ese puesto (a propuesta del presidente, eso sí). Oliart amenazó con dimitir en un consejo muy tenso, en el que hubo quien le dijo al ex ministro de Defensa que aquello no era el ejército. Y tienen razón. En el ejército sólo se entra por oposición.