«La prioridad es recuperar los cuerpos, hacer análisis de ADN para identificar a las víctimas y devolverlas a sus familias», declaró el procurador adjunto de Perpiñán, Dominique Alzéari. Dos cuerpos fueron recuperados ayer, mientras que otros cinco siguen desaparecidos.
Por razones todavía sin determinar, el avión se estrelló a unos ocho kilómetros frente a las costas de Saint-Cyprien, cerca de Perpiñán, en medio de unas malas condiciones climatológicas, con fuerte lluvia y viento de tramontana.
Los radares franceses perdieron su señal en torno a las 15.45 GMT y, poco después, los restos del aparato fueron avistados por un barco civil que avisó a los servicios de rescate.
El avión, un aparato de doble motor con capacidad para 150 pasajeros, fue entregado a la compañía neozelandesa en julio del 2005 y acumulaba 7.000 horas de vuelo, señaló Airbus, filial del consorcio aeronáutico europeo EADS.