Las startups siguen creciendo a nivel mundial y, aunque el interés de los inversores en ellas continúa siendo alto, la mayoría van a encontrar más obstáculos que de costumbre para acceder a la financiación que necesitan.
Los expertos predicen que hasta mediados de 2024 muchas empresas de nueva generación pueden verse en dificultades para acceder al dinero que les hace falta para crecer. El problema afectará especialmente a las startups europeas.
La inversión caerá un 38%
En 2022, las startups europeas recibieron 77.600 millones de euros a través de las diferentes rondas de financiación puestas en marcha. Según la previsión de Atomico, en 2023 la financiación lograda estará en torno a los 44.700 millones de euros.
No obstante, el fenómeno de la caída de la inversión no es nada nuevo. Entre 2021 y 2022 la inversión se recortó un 22%.
La retirada de los inversores estadounidenses parece ser la clave de este fenómeno.
Los fondos de inversión se están viendo afectados por la subida de los tipos de interés que aplican los bancos. Financiarse les sale más caro y, precisamente por ello, se refugian en estrategias de inversión que sean más seguras.
Las grandes corporaciones inversoras también están cambiando su estrategia. Tras las pérdidas sufridas por Softbank, Tiger Global y Tencent a consecuencia de su estrategia de inversión agresiva en startups durante 2020 y 2021, todas ellas han decidido invertir ahora de una manera más moderada y conservadora.
Otras razones que explican el freno en la inversión en startups
En un entorno económico con un alto grado de incertidumbre, los inversores están menos dispuestos a asumir riesgos, y prefieren poner su dinero en proyectos de alta viabilidad.
Además de esto, las startups se encuentran en un escenario que es cada vez más competitivo. Cada año se crean miles de empresas de este tipo a nivel mundial, y la gran mayoría ya no existen pasados tres años.
Para captar financiación, las startups deben demostrar que tienen un producto o servicio realmente novedoso, y lo bastante atractivo para el público como para empezar a dar rendimientos lo antes posible.
Los inversores son ahora más exigentes que nunca, y solo ponen su dinero en startups que tienen un modelo de negocio sólido. Esto complica todavía más el acceso a la financiación para las empresas que están en sus primeras fases de desarrollo y todavía no pueden mostrar resultados positivos en sus beneficios.
La crisis bancaria: un factor a tener en cuenta
La caída del Silicon Valley Bank (SVB), muy ligado al universo startup, y de otras entidades bancarias en Estados Unidos, ha disparado las alertas entre las empresas de nueva generación.
Muchas startups ya han tenido que rebajar su previsión de recaudación para este año, conscientes de que los inversores miran la crisis bancaria con recelo y temen que haya nuevas quiebras.
Una encuesta realizada por NFX (empresa de capital riesgo), ha puesto de manifiesto que un 60% de los encuestados cree que la caída del SVB hará más complicado el acceso a la financiación. Un 22% cree que no podrá conseguir todo el capital que necesita para cumplir los objetivos de este 2023.
Los especialistas creen que será muy complicado volver a ver los datos de recaudación que obtuvieron entre 2020 y 2021. En aquel momento se produjo un boom de las startups y se disparó el interés de los inversores. Tanto es así, que algunas empresas de nueva generación llegaron a recaudar a través de diversas rondas de financiación el equivalente al 100% de sus ingresos.
Ahora, los inversores se muestran mucho más comedidos, y la inversión podría seguir en niveles bajos hasta bien avanzado 2024.