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Yellow Day: el 20 de junio es el día más feliz del año según la psicología positiva

La luz del sol, la proximidad del verano y una mayor actividad social generan un pico de bienestar. Hoy, viernes 20 de junio, el estado de ánimo colectivo se ilumina de amarillo. Por eso es el Yellow Day
Yellow Day
El 'Yellow Day' destaca por la influencia de variables externas (como el aumento de las temperaturas, las horas de luz o la expectativa de vacaciones) en el equilibrio emocional. (Imagen: ED).

Aunque no figura en los calendarios oficiales, el Yellow Day ('Día Amarillo', en español) se ha consolidado como una jornada simbólica de alegría. Cada 20 de junio, coincidiendo con el preludio del verano y el día más largo del año en el hemisferio norte, se celebra lo que muchos consideran la fecha más feliz del calendario.

Este día destaca por la influencia de variables externas (como el aumento de las temperaturas, las horas de luz o la expectativa de vacaciones) en el equilibrio emocional. La luz solar estimula la producción de serotonina, que actúa directamente sobre el estado de ánimo. Y eso, unido a factores sociales, explica por qué hoy nos sentimos mejor.

Esta propuesta nació como contrapeso del llamado Blue Monday, considerado el día más triste del año, y con los años ha ganado fuerza gracias a su base científica. “Si hay una jornada para celebrar lo que funciona en nuestra vida, es ésta”, añaden los especialistas.

Una combinación luminosa de ciencia y emoción

El Yellow Day se apoya en conceptos de la psicología positiva, una corriente que se centra en el estudio de las fortalezas humanas, la felicidad sostenible y el bienestar integral. Desde esta perspectiva, el entorno influye tanto como las actitudes internas, y determinadas condiciones (como las que se dan el 20 de junio) propician estados mentales más optimistas.

El cerebro, según los expertos en psicología positiva, responde al entorno. Si hay más luz, calor agradable, planes sociales y sensación de cierre de ciclo, se activa una disposición emocional positiva. La psicología positiva, desarrollada a partir de los estudios de Martin Seligman, psicólogo y profesor de la Universidad de Pensilvania, pone el foco precisamente en estas dinámicas que promueven emociones saludables y duraderas.

Este enfoque no niega las dificultades de la vida, pero apuesta por identificar las oportunidades de gratitud, conexión y crecimiento. Por eso, para muchos profesionales del bienestar, el Yellow Day es también una excusa para revisar hábitos y reforzar lo que da sentido a la rutina.

El amarillo como metáfora del ánimo

No es casual que esta jornada se represente con el color amarillo. Según estudios de psicología del color, este tono se vincula con la energía, la vitalidad, la creatividad y la alegría. El amarillo, sostienen los expertos, estimula la comunicación y el pensamiento optimista. Es un color que activa.

Durante el Yellow Day, muchas personas comparten mensajes luminosos en redes sociales, visten de amarillo o aprovechan para reconectar con aficiones y personas que les hacen bien. El simbolismo cromático se convierte así en una herramienta de conexión emocional colectiva.

Este tipo de dinámicas también han sido objeto de investigación en el ámbito terapéutico, donde se observa que los estímulos positivos, incluso simbólicos, pueden tener un efecto multiplicador sobre el estado de ánimo.

Más allá de una moda: bienestar con evidencia

Aunque algunas marcas han aprovechado el Yellow Day para lanzar campañas comerciales, su origen está respaldado por modelos científicos y académicos. La Universidad de Hertfordshire y la Universidad de Pensilvania, entre otras, han publicado investigaciones sobre cómo los elementos ambientales influyen en la percepción emocional colectiva.

El 20 de junio, por tanto, no es solo una fecha pintoresca, sino una oportunidad para mirar lo cotidiano desde otra perspectiva. Este día pone el foco en lo que sí funciona. Es un recordatorio amable de que la felicidad también puede entrenarse, y que pequeños cambios en nuestro entorno (como la luz, el tiempo compartido o los planes placenteros) pueden marcar una gran diferencia.

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