Muere el actor Manolo Zarzo a los 93 años, leyenda del cine español
El intérprete, con más de 70 años de carrera a sus espaldas, trabajó con los grandes directores de nuestra cinematografía y participó en títulos clave como Los golfos, La colmena o Los santos inocentes. Un referente del cine, el teatro y la televisión
Manolo Zarzo, uno de los rostros más emblemáticos del cine español, ha fallecido a los 93 años, según ha confirmado la Unión de Actores y Actrices. Nacido en el madrileño barrio de Ventas en 1932, Zarzo deja tras de sí una carrera artística inabarcable que abarca más de siete décadas, centenares de títulos y el respeto unánime de la profesión.
El menor de ocho hermanos, creció en una familia obrera y desde joven mostró una marcada vocación por el teatro. A los 16 años se unió a una compañía teatral juvenil con la que recorrió España, iniciando un viaje artístico que ya no tendría fin.
Un actor total: del cine social al humor popular
Descubierto por el director Antonio del Amo, debutó en la gran pantalla con Día tras día y pronto se convirtió en un rostro habitual del cine español de los años 50, 60 y 70. Su talento versátil le permitió moverse entre la comedia, el drama, el western, el cine social y las coproducciones internacionales, sin perder nunca autenticidad ni presencia.
Trabajó a las órdenes de nombres esenciales como Carlos Saura, Pedro Lazaga, Mariano Ozores, Jaime de Armiñán, Juan Antonio Bardem, José Luis Garci y José María Forqué, entre otros. En su filmografía figuran títulos como El pescador de coplas, Sierra maldita, Saeta del Ruiseñor, Los guardiamarinas, Los nuevos españoles, Lo verde empieza en los Pirineos, La colmena, Los santos inocentes, Entre tinieblas o Tiovivo c. 1950.
Protagonista de Los golfos, un hito en Cannes
En 1960 protagonizó Los golfos, de Carlos Saura, una película fundamental del nuevo cine español que fue premiada en el Festival de Cannes y que supuso una ruptura con el cine oficialista de la época.
Zarzo también desarrolló una importante carrera internacional, participando en coproducciones con Italia y Francia, y compartiendo pantalla con figuras como Marcello Mastroianni, Monica Vitti o Ettore Scola en El demonio de los celos.
Presencia constante en televisión
Además de su prolífica carrera cinematográfica, Manolo Zarzo fue una cara habitual en la televisión española, donde dejó huella con personajes entrañables y sólidos. Interpretó a Segismundo Ballester en Fortunata y Jacinta (1980), a Bernardo Álvarez en Juncal (1989), a Tomás Alberti en Compañeros (1998), a Eugenio en El Súper (1999), a Constantino en La verdad de Laura (2002) y a Rafael en La Dársena de Poniente (2006), entre otros muchos.
Un legado imborrable
Manolo Zarzo fue un actor de raza, un trabajador incansable del medio escénico y audiovisual, y una figura entrañable para generaciones de espectadores. Su talento, humanidad y compromiso con la profesión le han convertido en un referente absoluto del cine español.
La Unión de Actores y Actrices ha lamentado su pérdida y ha destacado su enorme contribución a la cultura de nuestro país.
