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Lola Índigo se confiesa: “A veces estoy triste y no sé por qué”

La artista continúa su tour con una confesión inesperada sobre salud mental y una defensa espontánea de su cuerpo tras las críticas recibidas en redes sociales

Lola Indigo / Instagram
Lola Índigo / Instagram

Lola Índigo sigue adelante con su ambiciosa gira ‘La Bruja, la Niña y el Dragón’, que tras Madrid y Sevilla llegará a Barcelona el próximo 10 de julio. Lo que comenzó como una producción visual imponente —con más de 1.000 metros cuadrados de pantallas LED y un escenario vertical de siete pisos— está convirtiéndose también en un espacio de desahogo emocional.

En su reciente concierto en La Cartuja (Sevilla), la cantante se salió del guion para lanzar un mensaje con doble fil, defensa personal ante el acoso estético y visibilidad de su salud mental.

Respondió en directo a las críticas en redes

La polémica surgió tras la publicación de un vídeo en TikTok donde se comentaba el aspecto físico de la artista durante un concierto. Lejos de ignorarlo, ella decidió contestar públicamente ante miles de personas:

“Me sacaron la barriguita... ¿Qué esperaban? ¿Que no tuviera carne? Podría haberme rayado y hacer locuras con dietas o gimnasio, pero preferí comerme una hamburguesa y salir aquí con el cuerpo que tengo, que quiero y respeto”.

El comentario, espontáneo y con tono irónico, se volvió viral en redes sociales y generó un amplio apoyo entre sus fans.

Un momento de vulnerabilidad personal

Más allá de la anécdota estética, Lola Índigo sorprendió también al hablar de algo más profundo, de su estado anímico. Con voz entrecortada, confesó sentirse emocionalmente superada:

“No hay nada peor que estar triste y no saber por qué... A veces me siento muy sola, aunque tenga muchas cosas buenas”, dijo en pleno directo.

Sus palabras —honestas y sin artificio— provocaron aplausos espontáneos y conectaron con un público que ha empezado a ver en ella a una artista que no solo canta, sino que también se muestra como es, sin filtros.

En los últimos meses, otros artistas como Aitana o Antonio Orozco también han admitido públicamente episodios de desgaste emocional o desmotivación. Se trata de una generación de músicos que empieza a decir en voz alta que el éxito no siempre garantiza el equilibrio personal.

Entre giras, promociones y redes sociales, la presión sobre los artistas se ha intensificado. Hablar de salud mental —antes considerado tabú— se ha convertido en una necesidad compartida, tanto por quienes suben al escenario como por quienes están frente a él.

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