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Cercanías Madrid dice adiós a los últimos tornos de trípode después de 30 años

La estación de Ramón y Cajal se convierte en la última en renovar sus sistemas de control. Los emblemáticos tornos de trípode pasan a la historia para dar paso a un nuevo modelo más eficiente y accesible
Nuevos tornos Ramón y Cajal
Nuevos tornos Ramón y Cajal

Desde esta semana, la estación de Cercanías de Ramón y Cajal en Madrid estrena nuevos controles de acceso, dejando atrás definitivamente los tradicionales tornos de trípode que durante tres décadas han formado parte del paisaje habitual del transporte madrileño.

La sustitución de estos dispositivos marca el cierre de un ciclo. Instalados por primera vez en 1995, los torniquetes de trípode fueron una solución eficaz durante muchos años. Sin embargo, el paso del tiempo y el desgaste mecánico hicieron cada vez más difícil su mantenimiento, especialmente por la falta de piezas compatibles y su estructura obsoleta.

Nuevas puertas de vidrio con tecnología Flap Modelo Cercanías

El relevo llega en forma de puertas de vidrio, conocidas técnicamente como Flap Modelo Cercanías. Este sistema, ya implementado en la mayoría de estaciones del núcleo madrileño, mejora la experiencia de los viajeros y refuerza la seguridad, además de agilizar el acceso.

La estación de Ramón y Cajal era la última de la red en mantener en funcionamiento los tornos de trípode, tanto para entrada como para salida. Con su renovación, se cierra definitivamente una etapa en el sistema de control de accesos de Cercanías Madrid.

Tornos trípode retirados Ramón y Cajal
Tornos trípode retirados Ramón y Cajal

La retirada de los tornos antiguos se enmarca en una estrategia más amplia de modernización que Renfe lleva implementando desde hace años, basada en criterios de planificación, inversión tecnológica y mejora de la accesibilidad, según han explicado.

Aunque la mayoría de estaciones del núcleo madrileño ya han incorporado los nuevos accesos, aún existen algunas sin tornos, especialmente en apeaderos y ciertas estaciones de las líneas C2 y C3. En estos casos, los viajeros disponen de validadoras; dispositivos que permiten registrar el título de transporte sin crear una barrera física para el acceso.

Una inversión respaldada por fondos europeos

Esta renovación se enmarca dentro del Plan Cercanías de Madrid, que desde 2018 ha movilizado más de 1.700 millones de euros en inversiones. De esta cantidad, más de 83 millones se han destinado exclusivamente a la mejora de estaciones y aparcamientos.

Además, la modernización de los sistemas de acceso cuenta con el apoyo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationEU. Este respaldo ha sido clave para dar el impulso necesario a una infraestructura crítica para el día a día de millones de personas.

Mientras los antiguos tornos se despiden tras 30 años de servicio, los nuevos accesos abren paso a una red más moderna y preparada para los retos del futuro. Ramón y Cajal cierra un capítulo simbólico, pero lo hace abriendo la puerta —literalmente— a una nueva etapa para Cercanías Madrid.