Flamengo gana en la noche del partidazo entre Boca Junior y Benfica
Noche de Mundial de Clubes y noche de partidazos, especialmente el que enfrentaba a Boca Juniors contra el Benfica que tuvo de todo, goles, polémicas, expulsiones en ambos lados y mucha tensión.
Boca salió a comerse el mundo en Miami. El Hard Rock Stadium se tiñó de azul y amarillo. Parecía que se estaba jugando en La Bombonera y el equipo respondió con intensidad, alma y dos goles que hacían temblar al Benfica.
Merentiel, astuto y fino, abrió la cuenta. Battaglia, con alma de líder, firmó el 2-0 tras un córner. El dominio era total y la fiesta parecía asegurada.
Pero el fútbol siempre guarda un giro inesperado. Justo antes del descanso, un penalti ingenuo de Merentiel sobre Otamendi encendió la chispa e hizo que Ander Herrera, lesionado, se fuese también expulsado por las protestas. Di María transformó con calma y metió el miedo en el cuerpo xeneize. Boca resistió, incluso con uno más tras la roja a Belotti, pero la sensación ya no era la misma.
Y entonces, como escrito por un guionista perverso, apareció Otamendi. Hincha de River, el máximo enemigo de Boca Juniors, silbado toda la noche, se elevó en un córner y clavó el 2-2 de cabeza. Gol y puñalada. El clásico llegó sin aviso. Boca-Benfica fue, por un instante, Boca-River.
Otamendi, el villano perfecto, arruinó la fiesta xeneize y dio vida a un Benfica que parecía muerto. En Miami, Boca fue Boca. Pero River, a través de su hijo pródigo, se hizo sentir.
Muy bonito queda este grupo en el que está el Bayern, por lo que todo depende de que pasará el que más goles consiga meter al Auckland en su partido.
Flamengo pone al fútbol brasileño en el mapa
Flamengo ha aterrizado en el Mundial de Clubes con la determinación de saber a qué viene, y no es solo a disfrutar de la experiencia. Sin titubeos, el líder del Brasileirao firmó una victoria clara ante Espérance, equipo de Túnez, por 2-0, sustentada en el talento y el carácter de un equipo que combina brillo con oficio bajo el mando de Filipe Luis, viejo conocido en LaLiga.
De Arrascaeta, figura constante en la última década, abrió el marcador tras una jugada bien hilada entre Varela y Luiz Araújo, y mostró por qué sigue siendo el faro del Mengão.
El inicio fue un monólogo carioca. Con Varela desbordando por la derecha y Gerson imponiendo criterio en el medio, Flamengo encerró al conjunto tunecino en su área. La intensidad inicial no duró todo el partido, pero sí lo suficiente para dejar encarrilado el resultado.
Espérance mejoró tras el descanso, y por momentos rozó el empate, pero se encontró con Rossi y con su propia falta de puntería. Cuando más dudas generaba Flamengo, apareció Luiz Araújo con una genialidad. Control preciso, zurdazo cruzado y partido resuelto.
El equipo brasileño muestra así solidez, gol y profundidad. Con Jorginho dando sus primeros pasos y De Arrascaeta en estado de gracia, el Mengão avanza firme. El Chelsea que no se confíe, que este Flamengo juega en serio.
