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“Yo voté por los toros”

Tiene una deuda de 24 millones de euros en facturas a proveedores, pero se gastó 12.000 euros en llevar a Kiko Rivera a las fiestas del pueblo. Alcantarilla es un ejemplo del derroche de algunos pueblos en fiestas. "Es un despilfarro -se queja la concejal Carmen Pina Rojo-, no hace falta traer a nadie con tal populismo porque no es tanto la profesionalidad que tiene como ser hijo de quien es".

Lo contamos en la anterior entrega, "Spain is different! Crisis sí, pero fiesta, también". Las esquilmadas arcas públicas no están como para hacer frente a unas fiestas de verano por todo lo alto. Mientras la mayoría de los ciudadanos reduce la partida para las ferias, hay casos en que, a pesar de la deuda, deciden derrochar. Estrella Digital se ha puesto en contacto con tres localidades que encaran las fiestas de otra manera.

La localidad murciana de Alcantarilla de 40.000 habitantes celebró sus fiestas del 18 al 27 del pasado mes de mayo. El presupuesto del que se dispuso fue de 250.000 euros. Una cantidad menor que la del año anterior, que superó los 300.000 euros. Según Carmen Pina Rojo, concejal de IU-Los Verdes, el Ayuntamiento pagó 12.000 euros por la actuación del DJ Kiko Rivera (hijo de Isabel Pantoja). Está claro que el caché lo pone el artista y, si alguien lo contrata, lo hace pagándole lo que le pide. La paradoja está en que además de la deuda de 24 millones de euros en facturas, hay otra de 26 millones más por el endeudamiento con los bancos. En total, la ciudad debe 50 millones de euros y se permite gastar 250.000 en las fiestas de mayo.

"El problema está en la propia concejalía de festejos porque es poco flexible a la hora de contratar las actividades", apunta Pina Rojo. "Hay grupos en la región y en la propia Alcantarilla que podían haber actuado sin cobrar tanto y, además, les estaríamos apoyando". Este periódico se ha puesto en contacto con Patricio Pérez, concejal de Festejos de Alcantarilla, para contrastar los datos y ha declinado hacer declaraciones al respecto.

Nueva empresa pública en plena crisis

Collado Villalba, en la Comunidad de Madrid, pasa por una situación parecida. El Ayuntamiento (PP) acumula una deuda de 125 millones de euros.  El equipo de Gobierno sacaba adelante la creación de la Sociedad Municipal Polivalente Cultural Collado Villalba S.L. Una empresa pública que gestionará la organización de las fiestas de la ciudad. Para ello, cuenta con un presupuesto de 200.000 euros. Juan José Morales, portavoz del PSOE local critica la "opacidad" que envuelve todo lo que tiene que ver con la nueva empresa: "Escapa al control municipal de una forma efectiva" ya que, como empresa, tiene que rendir cuentas una vez al año, pero el principal grupo de la oposición teme que, al final, no sabrán cuánto dinero se gastará esta empresa en las fiestas locales.

Hace poco tiempo que el Consistorio hizo un ERE por el que fueron despedidos 39 trabajadores municipales. Ahora, la empresa pública tiene capacidad para contratar, pero el PSOE tiene "miedo" de que se dé trabajo a personas "afines al PP". "Es incongruente", dice Fernando Tellado, portavoz de UPyD.

"La sociedad no les va a costar ni un euro a los ciudadanos", responde Alberto Sánchez, concejal de Festejos de Collado Villalba. En los Presupuestos Municipales no hay prevista ninguna partida para la empresa pública, sólo para las distintas concejalías. "La cuantía que se destinará a Festejos es de 200.000 euros y eso es lo que se le dará a la sociedad para que lo gestione”. Y, de opacidad, también, "cero patatero". "Tendrán que demostrarla cuando, a finales de año, la sociedad presente sus cuentas". Entonces, Sánchez espera que pidan perdón.

"El pueblo se ríe del alcalde"

El Batán y Valrío, en Cáceres son otros dos ejemplos de pueblos que prefieren seguir contando con festejos aunque estemos en crisis. En el referéndum del pasado mes de junio, en estas dos poblaciones ganaron los toros al empleo. El alcalde, Francisco Javier Antón, del PSOE, no ha querido hablar con este periódico, pero sí lo han hecho algunos de sus vecinos.

"Yo voté por los toros", dice una vecina. "No se sabía nada sobre el dinero para el empleo y no daba para mucho. No se iba a arreglar nada". Además, defiende con vehemencia que los toros son rentables para una pedanía como El Batán. "Una tarde de toros viene muchísima gente al pueblo y eso deja riqueza".

Sin embargo, otro vecino confiesa que no votó: "Me parece una chorrada”. Desde la votación, el regidor ha perdido "mucha" credibilidad, tanta que el pueblo "se ríe de él", cuenta este vecino que se niega a dar su nombre porque el pueblo es demasiado pequeño. A veces las decisiones de los ayuntamientos pueden no ser las más acertadas, pero al final, fiesta, quieren todos. Cristina Rodríguez

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