"El que está pidiendo el apoyo de la Moncloa, para que no le quiten la lehendakaritza, es el PNV"
Toda su vida dentro del nacionalismo. ¿cuál fue el momento para pasar a la crítica abierta?
Hay dos razones fundamentales. En los años ochenta el nacionalismo hacía un planteamiento paternalista, blando, de la sociedad, precisamente porque estaba plenamente convencido de que ésta iba a ir masivamente asumiendo sus tesis. A final de los ochenta ocurre que no, que la gente no sigue y se inicia una tendencia política electoral en la que el votocrítico con el nacionalismo es cada vez mayor. Ahí se encuentra en un dilema que tiene que resolver y solo tenía dos opciones. Una, abandonar el viejo paternalismo de que somos buenos y teneis que venir con nosotros, y otra ésto pasa porque no adoptamos las medidas coercitivas, y el nacionalismo vasco opta por lo segundo, por la coerción. En ese momento comienza a marginar a parte importante de la de la población, a recortar la igualdad de oportunidades a todo el mundo no nacionalista. Esa fue una razon por la que gente del como Joseba Arregui y yo, por ejemplo, dijéramos: hasta aquí hemos llegado.
Otro gran argumento es el posicionamiento frente al terrorismo. El nacionalismo na sido renuente frente al terrorismo siempre ha ído a la zaga, se le ha tenido que traer poco a poco a las coaliciones democráticas antiterroristas, pero ya con Ibarretxe se llega a un punto insoportable. No solamente es renuente si no que busca conscientemente la colaboración de ese mundo político para mantenerse en el poder. No asumir con liderazgo permenante la lucha antiterrorista es algo absolutamente insoportable. Ni ha sostenido la idea de igualdad entre los vascos y ni ha asumido un liderazgo frente al terrorismo.
Así que las declaraciones de Ibarretxe en campaña, quitando legitimidad democrática a estas elecciones porque los violentos no están, me parece mucho más totalitario. El no reconocer la legitimidad política del nuevo Parlamento, en el que por primera vez tenemos la seguridad de que de los 75 parlamentarios que nos vamos a sentar ninguno apruebe el terrorismo de ETA, y que Ibarretxe le reste legitimidad, insisto, me parece de un totalitarismo cerrado.
Se apunta en las encuestas y se dice por la calle, que algunos nacionalistas cansados de Ibarretxe podrían votar al PSE. Usted conoce bien ese mundo...
Yo creo que los que somos gente de la frontera, como yo me defino, gente que conocemos muy bien la familia nacionalista, y el mundo no nacionalista, tenemos la suerte de conocer los dos. Es verdad que en este país han cohabitado mucho tiempo dos mundos estancos, cerrados, que se desconocen. Hay un desconocimiento mutuo. Eso crea una absoluta falta de empatía, pero eso se va a rompiendo poco a poco. Estoy convencido de que en el mundo nacionalista, en su electorado, hay mucha gente sensata, que básicamente se siente de aquí, y que han votado nacionalista porque les ha ofrecido garantías de tranquilidad, de buena gestión, de no conflicto social, y esa gente yo creo que está asustada con Ibarretxe. Si van a tener la valentía de votar socialista esta vez, yo creo que algunos sí, pero sostengo que más van a optar por la renuncia, por el desistimiento, algo así como "yo con éste no sigo". Se que hay mucha gente así, sensata. Toda esa adscripción a la idea de un voto moderado lo ha tirado por la borda Ibarretxe, y esta vez se va a hacer notar en el electorado.
La renuncia de Imaz a la presidencia del PNV ¿abre el camino a López?
Hombre, la bancarrota de la propuesta de Josu Jon, que fue atrevida y arriesgada, ha dejado muy claro en toda la población nacionalita moderada los límites del nacionalismo de Ibarretxe. Imaz ha dejado muy claro los muros de la cerrazón, la imposibilidad física que tiene Ibarretxe y los suyos de poder aceptar la disidencia, incluso en su propio partido. ¿Que eso tiene incidencia en el partido? Yo creo que sí la tiene. Es una persona que tiene gran prestigio, que todo el mundo le reconoce el esfuerzo que ha hecho, y ha dejado muy claro que Ibarretxe es imposible que negocie con nadie y que acepte la disidencia. Yo creo que éste asunto va a estar detrás de estas elecciones.
¿Hay un PP distinto desde 2001?
Yo creo que el PP está encontrando su sitio. Es verdad que en la última década, el PP se ha consolidado en Euskadi. Lo importante es que una parte importante de la sociedad vasca, a partir de lo de Miguel Angel Blanco y después de Ibarretxe, surgió la idea beligerante de "hay que terminar con la cerrazón" de los gobiernos ultranacionalistas. Yo creo que en 2001 se hizo una apuesta equivocada, frentista, que lo que sí expresaba era el hartazgo y la impotencia en una población marginada, pero que no ofrecía una salida que no pudiera aglutinar todos los sectores. Yo creo que así tenemos que entender el 2001, como un grito de desesperación, de decir basta ya, pero no como una propuesta política concreta. Hemos aprendido, y la gente ha interiorizado que no se puede dejar de lado a una población ante una organización terrorista. Tenemos un apoyo masivo para ello pero esto requiera una propuesta política sin frentismos. Es la gra diferencia de 2001 y 2009. Ycreo que es lo que nos va a dar la victoria el domingo que viene.
Se habla de la encrucijada socialista. De que si Patxi López no presentaría siquiera su candidatura si no queda por encima del PNV -para no enturbiar las relaciones con el Gobierno- aunque pudiera lograr la presidencia con los votos del PP. Felipe González pidió en Eibar a Patxi López que no renuncie a la lehendakaritza
Yo creo que el deseo de cambio es tan fuerte que si triunfa, la renuncia a la lehendakaritza no va a ser entendida por nadie. Es tan fuerte la presión social que no cabe plantear esa opción. Es una especulación. Se especula un montón. Pero es curioso, los que están reivindicando el apoyo de Madrid , los que están pidiendo el apoyo de la Moncloa, para que no les quiten la lehendakaritza, es el PNV. Su única tabla de salvación, curiosamente, no por sus propias fuerzas y por sus propios parlamentarios si no que están apelando a la fuerza del poder de la Moncloa y del presidente del Gobierno aunque sea para poder gobernar ellos, algo absolutamente incomprensible. Pero yo creo que la verdad de la democracia, aunque sea una perogrullada decirlo, es que van a ganar los electores. Si los electores ponen parlamentarios suficientes para el cambio no hay fuerza que eso lo pueda parar. Y va a ser un lehendakari socialista el que entre en Ajuria Enea. Eso va a estar por encima de cualquier consideración o especulación. Pero no deja de ser curioso: tanto criticar a Madrid, donde tienen la gran esperanza, el PNV, es precisamente en la Moncloa. Se están equivocando. La gran esperanza son los parlamentarios suficientes para que Patxi López sea lehendakari.
¿Cómo perciben la irrupción en Euskadi de UPyD en estas elecciones, de nuevo, tan polarizadas?
Yo creo que es una equivocación. Yo conozco gente de UPyD. Son gente que de forma absolutamente vital quiere que se termine con la década oscura de Ibarretxe, quieren cerrar el camino a ese nacionalismo que impone, margina y divide. Y van a tener un dilema personal muy fuerte. Elegir entre terminar con Ibarretxe, entre que su voto expulse a Ibarretxe de Ajuria Enea o hacer un voto perdido. Yo creo que Rosa se ha equivocado. Una cosa es que, como todos los partidos, quieran utilizar la campaña, y deben hacerlo, pero creo que lo acertado hubiera sido que hoy, que estamos a jueves, hubiera anunciado en rueda de prensa la renuncia a sus propias candidaturas, pidiendo el voto a los partitos que defienden la legalidad constitucional, que somos el PP y el PSE, indistintamente, cada uno el que elija, pero primando sobre todo el abrir un tiempo nuevo cerrando las puertas a Ibarretxe. Yo creo que se ha equivocado y que lo va a pagar electoralmente.
De su dedicación al euskera, a los libros y a la enseñanza, al Parlamento con el PSE. Ya sabe que su vida le cambiará.
Me cambió la vida en el momento en el que comencé a publicar artículos de opinión contra Eta. Me cambió la vida cuando en mi pueblo echaron panfletos con mi nombre, mi dirección y mi teléfono, acusándome de ser español y de colaborar con el Gobierno central. Esto te cambia la vida, porque es una opción que muchos vascos hemos tenido que hacer, y quiero hacer por ello una reivindicación. En este país tenemos un valor cívico impensable en ningún país democrático. No conozco ningúno en el que tanta gente y tantos ciudadanos normales se jueguen la vida por decir lo que piensan. Cuando veo los concejales de mi pueblo, que nunca van a conseguir ninguna prebenda política, que nunca van a sacar mingún provecho personal de la política, que son humildes concejales que están siempre en la oposición y que van a seguir en la oposición sine die y se juegan la vida por ser concejales, percibo con orgullo ese valor ciudadano estoico, ejemplar, que se da en tantos vascos que no son nacionalistas. Yo que critico la responsabilidad colectiva de los vascos en la violencia terrorista de ETA estoy convencido de que una sola docena de esos concejales son capaces de redimirnos de la culpa colectiva a todos los vascos.
Chelo Aparicio