Wert tiene razón
Tiene razón el ministro Wert, es razonable que vistos los estrepitosos fracasos acumulados en los modelos de enseñanza que se han experimentado en las últimas décadas, el gobierno se proponga atajar el problema de la educación escolar actuando decididamente sobre él, y sin contemplaciones.
La enseñanza escolar ha sido objeto de toda suerte de medidas que han multiplicado el fracaso de los alumnos
Durante años, la enseñanza escolar en España ha sido objeto de toda suerte de medidas que lo único que han hecho es multiplicar el fracaso de los alumnos, alejarnos en las estadísticas de los países de nuestro entorno y lo que es peor, ha servido de laboratorio de intoxicación en las comunidades autónomas gobernadas por nacionalistas en los que primaba más la transmisión ideológica de sentimientos nacionales que el lógico aprendizaje de materias fundamentales para el desarrollo integral de la persona.
España atraviesa una fuerte crisis de la que sólo saldremos mediante pulso decidido de una población adecuadamente formada para competir en una sociedad cada vez más internacionalizada y sujeta a los cambios y variables de la innovación tecnológica. Lejos de acercarnos a esa realidad de necesidad urgente, en nuestro país se ha utilizado la educación para afirmar procesos políticos con medidas de inmersión lingüística que han creado desigualdad, discriminación y atraso.
La realidad de la educación española exige medidas urgentes en los contenidos y en la forma en la que estos se aprenden. No podemos vivir permanentemente jugando a adoctrinar unas veces sutilmente y otras con verdadero descaro; es hora de que los colegios se conviertan en lo que siempre debieron ser: espacios de aprendizaje en los que los gobiernos y las administraciones no impongan modelos de enseñanza que limiten el crecimiento intelectual de las nuevas generaciones que hoy están hipotecadas por los intereses espurios de unos partidos políticos cuyo patriotismo local conduce a la ignorancia, el pasado y el cierre de oportunidades para los escolares que serán, el día de mañana, los hombres y mujeres que hagan avanzar y prosperar nuestro país.