Oro parece
Vamos a buscarlo porque en algún lugar no muy escondido debe haber un botón de pánico al alcance de la ciudadanía. Ya que este año nos han dejado sin la tradicional visita al Congreso por obras (al Senado sí se le puede visitar porque allí son expertos en obras, mejoras y piscinas). Hay que encontrar ese botón de pánico y apretarlo por turnos sin soltar; un país no puede resistir que detengan al que fuera jefe de los empresarios españoles y lo que es peor que Díaz Ferrán tenga una casa con semejanzas a la de Roca en Marbella. Para empezar un despliegue de parque móvil y para continuar una zona de animales disecados porque al expresidente de la CEOE le ha debido gustar darle a la escopeta que es afición cara si se acude a las sabanas de África a buscar animales exóticos de cuernos de marfil.
Tendrá que explicar por qué tenía un lingote de un kilo de oro y ciento cincuenta mil euros en efectivo porque eso suena a fuga inminente. Y si es cierto que tendría dos pisos en Nueva York no declarados.
Díaz Ferrán fue pionero en pregonar la austeridad y en trabajar mas para cobrar menos
Definitivamente nos hemos vuelto locos y damos por buenos saqueos por parte de personas que debían ser ejemplares tanto por su dignidad como por las instituciones que han representado. Díaz Ferrán fue pionero en pregonar la austeridad y en trabajar mas para cobrar menos. Pero lo más sórdido de esta historia que empezamos a conocer es que huele a Operación Malaya, se dan muchas coincidencias: el amor por el oro, el lujo, y las tapias altas que ocultan el jardín de entrada. En cierto sentido Gil fue un adelantado al mangoneo nacional, ¡y creíamos que todo era cosa de la imaginación de Berlanga y Azcona!. Gil era aquel hombre que pensó que la ley iba con todo el mundo menos con él, y de esa manera cometió el latrocinio de la Costa del Sol que no sólo se quedó en Marbella porque llegó hasta La Línea, en Cádiz y pasó a Ceuta.
Por eso la necesidad de apretar el botón de pánico porque nada más terrible para nuestra "marca España" que ver sentado al expresidente de la CEOE en un banquillo como "Cachuli". Aquí se ha "marbelleado" que ha dado gusto, como si no hubiera un mañana. De aquellos años del Gil ramplante se le recuerda una frase memorable a Marisol Yagüe, la alcaldesa que derrocó a Muñoz: "Aquí vengo yo con mi traje de leoparda". Pues eso, solo faltaría que en el registro de la casa de uno de los imputados apareciera colgado el famoso traje de "leoparda".
La única manera de sacarle provecho a todo esto es crear un parque temático en el que los delincuentes de cuello blanco campen a sus anchas. Se les podría observar en un paseo en camioneta por sus mansiones, despreocupados, engrasando sus escopetas.
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