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Madrid derrota a Ignacio González

"El anuncio llega precisamente un día después de que Fernández-Lasquetty dijera en 'El Círculo' de Telemadrid que no tenía intención de dar marcha atrás. A pesar de que el día previo la Consejería recibió 360.000 firmas en contra del plan de Madrid con este centro hospitalario."

Así informaba ayer Eva Díaz en ESTRELLA DIGITAL sobre la decisión que el gobierno regional que preside Ignacio González ha adoptado dando marcha atrás a la decisión de cambio de utilización del Hospital de La Princesa. Este cambio se debe, sin duda, a varios factores que han condicionado definitivamente la voluntad del consejero de salud.

El primero ha sido el espectacular movimiento de rechazo que se ha producido entre la población del centro de Madrid, que sumado al general que protesta contra la privatización de los servicios sanitarios, ha puesto de relieve una respuesta ciudadana, de los profesionales de la salud pública, y de la opinión pública en general, que ha puesto contra las cuerdas al gobierno regional ante una decisión arbitraria e inexplicable.

Esta decisión formaba parte de "un paquete de medidas" que ha irritado profundamente al Gobierno de España

El segundo ha sido el rechazo frontal en las filas del PP, singularmente de la alcaldesa de Madrid y de otros destacados miembros del partido de gobierno que han visto con algo más que recelo una decisión que enfrentaba a los madrileños con las políticas generales del PP.

El tercer factor ha sido que esta decisión formaba parte de "un paquete de medidas" que ha irritado profundamente al Gobierno de España. Entre esas medidas que incluyen el cambio de uso del hospital está también la intención de cobrar un euro por receta, aplicando el copago sanitario que tantas veces desmintió el anterior gobierno regional presidido por Aguirre y que el Consejo de Estado ha tildado de inconstitucional en un reciente dictamen.

La oposición ha encontrado en los anuncios que ha hecho el señor González sobre el sistema sanitario una punta de lanza que ha utilizado con habilidad para poner en evidencia el afán desmantelador del estado de bienestar que subyace, intencionado y claro, en la estrategia de González. Lejos de ser unas medidas para recortar gasto innecesario o para apretar el cinturón de un sistema público endeudado, se han percibido claramente como un deseo de cambiar el modelo de forma radical aprovechando las circunstancias de la coyuntura económica. Ya lo anunció en su día el antiguo consejero de salud con Aguirre, señor Güemes, cuando afirmó sin despeinarse que " el sistema de salud madrileño ofrece grandes oportunidades de negocio".

González ha sido derrotado, el consejero Lasquetty ha dado marcha atrás y la evidencia de que se puede derrotar al mal político se ha puesto una vez más en evidencia.

Editorial Estrella