Lo que duele ‘españolizar’
Parece que el ministro Wert no se baja de la brecha mediática desde que pronunció sus ya famosas palabras “españolizar a los catalanes”. Una cita que como muchos españoles, y peor aún, muchos políticos conocen y parecen obviar, fue una mera respuesta a la consejera de Enseñanza del Govern, Irene Rigau, cuando habló de “catalanizar la educación", tal y como recogíamos en Estrella Digital. Y que por cierto, no se ha oído ni una sola voz mal sonante sobre el asunto.
Tras las declaraciones, que equivocadas o simplemente respondiendo con la misma fórmula a la máxima responsable de Educación en Cataluña, salen a la palestra los oportunistas de turno que no se hacen esperar y aprovechan para dar al ministro, eludiendo el trasfondo de la cuestión: El bilingüismo en las aulas. Y sueltan perlas como que el ministro es un “pedante de extrema derecha” –palabras de Tomás Gómez- o incluso piden el cese del titular de Educación “por ‘hooligan’ y pirómano”, como este martes declaraba el portavoz de la Izquierda Plural en el Congreso (IU-ICV-CHA), José Luis Centella.
Exactamente. Totalmente acertados. Es de extrema derecha intentar garantizar que una serie de alumnos puedan estudiar en castellano, tal y como han solicitado medio millar de padres en Cataluña. O sí, también, es de ‘hooligan’ y pirómano la propuesta de Wert. ¿Estamos locos? Por una vez no se trata ni de derechas ni de izquierdas, sino del derecho a poder cursar el colegio en castellano como lengua vehicular. Aunque a algunos les guste llevarlo a los extremismos, simplemente ha sido un juego de palabras, una ‘acción/reacción’ que por suerte o por desgracia refleja la realidad absoluta de unos términos en su significado literal. Y que demuestra lo poco que molesta ‘catalanizar’ algo y lo mucho que duele ‘españolizar’. Sí, españolizar.
Pero es más fácil criticar una frase. Y no rascar el fondo.
Mientras tanto, Mas amenaza con llevar "ante Bruselas y los tribunales europeos" su nueva Ley de Consultas que pretende aprobar en su próxima legislatura, en el caso de que el Tribunal Constitucional lo determinase inconstitucional. No nos olvidemos que esa Ley de Consultas daría cobertura legal a la autodeterminación catalana. Pero sobre esa ‘catalanización’ territorial no se oyen las mismas voces oportunistas o no con la misma fuerza.
Patricia Vico- Estrella Digital