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Las pajas "terapéuticas" y cómo llamar "tuku-taka" al follar

Mejor que no hable. Nos hemos acostumbrado a eso (a verla no nos acostumbraremos nunca), y casi es preferible eso a que abra la boca, ya sea para tragar barro o para decir vocablos que sólo ella utiliza en este país. 

Aquí, en España, "follar" siempre ha sido "follar". O como mucho echar "un polvo", "un caliqueño", "ir a joder", "hacer el amor", si uno es más finolis, o incluso un "mete y saca", si una tiene prisa o no ve mucho placer en la experiencia. Pero un "tuku-taka" sólo se le puede ocurrir a alguien como Chabelita. 

La chica, que recibió la visita de Alejandro Albalá (siguen las prebendas pantojiles) en los realitys de Telecinco, como si esperaran que la tonadillera carcelaria fuera a recompensarles por ello en forma de visita a alguno de sus programas, dijo que quería "eso" al ver al amor de su vida, aunque más que eso parecieran dos amigos que llevan una semana sin verse. 

A lo mejor es que eso del "tuku-taka" es lo dicho, follar, pero sin ninguna pasión. La misma que demostraron ambos al verse, por mucho que ella dijera cosas tan novedosas como "¡no me lo puedo creer!", o que preguntara insensatamente si "¿se va a quedar?", como si realmente pensara que él era un concursante más o ella la reina de Saba, que tiene derecho a cualquier cosa. 

La despedida fue todavía más ridícula, con él llorando (se supone que por la vergüenza de reconocer que era su novio) y ella gritando "Alejandro, te quiero". Lo peor fue cuando Alejandro dijo, al estilo Pinocho, que la echaba de menos y que le hacía falta. ¿Para qué, para el tuku-taka? 

Quizás el chico tenga el mismo problema que Labrador, por mucho que no esté en la misma tesitura que éste cuando estaba en los Cayos. Aunque lo tenga más fácil, a lo mejor no encuentre a otra chica para desfogarse y necesita "pajas terapéuticas". 

Las mismas que, según ha revelado Arantxa, la llamada "reina de las tarimas", se tuvo que hacer el ex de Ylenia cuando abandonó la isla y llegó al hotel porque tenía congestionado lo de ahí abajo, porque no le "fluía" bien después de tanto tiempo sin descargar. 

Gracias a programas como este aprendemos más de sexo que con todas las entregas de la doctora Ochoa o de Lorena Berdún. Bueno, de sexo y de "jilipolleces" como la de Chabelita.

La mosca