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La reforma de la Administración Local

Mucho se ha hablado ya del recorte del tamaño de la administración española y mucho se ha hablado también de la reforma de la Administración Local.

Es una reforma descafeinada que amenaza con mantener el tamaño de la administración tal y como se encuentra

Que si limitar el sueldo de los alcaldes a 70.000 €, que si reducir el número de concejales en un 30%, que si reducir el número de ayuntamientos. Todas estas propuestas han ido pasando al cajón del olvido y se han sustituido por una reforma descafeinada que, a mi juicio, amenaza con mantener el tamaño de la administración tal y como se encuentra, o quizá algo peor.

Lo que se nos presenta ahora es una limitación de las retribuciones de los alcaldes a la cifra de 100.000 €,  aunque en los municipios inferiores a 1.000 habitantes no cobrarían nada, dejando la evolución de esos salarios a los presupuestos del estado. También se minoraría aún más el número de concejales retribuidos al tiempo que se propone una redistribución de competencias entre los ayuntamientos y las diputaciones provinciales.

Evidentemente, si se minoran las retribuciones, se limitan o se eliminan, se minora el gasto total. Pero lo primero que me viene a la cabeza es que trabajar para los demás por nada dificulta la asunción y la exigencia de responsabilidades.

Y lo segundo que se me pasa por la cabeza es el problema, que ya existe y que no se aborda, del tamaño de la administración. Al dejar a un lado la reducción del número de ayuntamientos y además mantener el número de concejales, se mantiene un gran estructura local con todos sus costes anexos para cumplir con sus funciones.

Suena a no querer ver que muchos ayuntamientos de poblaciones pequeñas son inviables

Todo lo que se diga de rediseño de la financiación de las actividades locales, de redistribución de competencias y de dar más juego a las diputaciones, suena a mantener el tamaño de la administración en el actual y a no querer ver que muchos ayuntamientos de poblaciones pequeñas son inviables porque sus costes de estructura son desproporcionados.

Y dado que nuestro país cuenta con Comunidades autónomas, diputaciones provinciales, mancomunidades, agrupaciones de municipios, ayuntamientos, empresas municipales y otras figuras de índole local, todo el aparato y la burocracia que conllevan por detrás por su mera existencia, resultan un despilfarro que no nos podemos permitir y menos aun en tiempos de crisis. Hay que optimizar hasta el último Euro.

Al igual que se cierran y centralizan las urgencias de poblaciones en otras mayores buscando ahorros, ¿por qué no se puede hacer lo mismo con los ayuntamientos? ¿quién lo impide? ¿va ello en contra de los intereses de algunos?¿cómo hay que decir que lo que necesitamos es reducir el tamaño de la administración y no un mero maquillaje? ¿Es tan difícil de entender?

José Luis Martín Miralles-Estrella Digital

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José Luis Martín Miralles