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La nueva estrategia sindical

El sindicato unitario UGT- CCOO ha cambiado su estrategia bullanguera. Es así y así hay que reconocerlo. Como ha tenido un gran fracaso en las huelgas generales y grandes manifestaciones, ha decidido llevar la conflictividad callejera de una manera sectorial porque cree que así tendrá más éxito. Se equivoca. Pero como al sindicato lo que le va es el desgaste político, piensa que es mucho mejor ir por sectores y tener todos los días a la gente en las calles de Madrid. Poquita pero vocinglera y que los medios de comunicación los retraten todos los días. Los demás lugares de España no importan. Sólo Madrid. Vieja estrategia comunista. Y se entiende que sea así porque el mensaje es mucho más rentable. De hecho, esta semana está siendo la pera limonera entre telemadriles, batas blancas tirando a marrones y jueces, entre otros. Menos mal que los sindicatos de Iberia han aplazado sus huelgas y protestas para después de navidades.

Las grandilocuentes convocatorias son un fracaso total

Y es que el sindicato unitario sabe, a ciencia cierta, que las grandilocuentes convocatorias son un fracaso total. Y sabe que ya no valen las guerras de cifras en las huelgas. Antes se llevaba el gato al agua el que primero hablaba de éxito. Y siempre hablaban los sindicatos. Después el éxito o fracaso estaba en función del consumo eléctrico. Pero tampoco es demasiado fiable. Sus cifras van en tantos por ciento y su análisis es susceptible de interpretaciones.

Algunas, incluso, ridículas porque hay gente que las une al recargo de baterías de teléfonos móviles.

Pero ahora la cosa es distinta. Ya se puede hablar de números exactos y de imposible manipulación. Hablo de las cifras que, meses después, aporta la Tesorería General de la Seguridad Social. El problema es que aún esos datos llegan con retraso.

"La obligación de cotizar se suspenderá durante las situaciones de huelga general y cierre patronal"

Y es que la Ley General de la Seguridad Social dice: "La obligación de cotizar se suspenderá durante las situaciones de huelga general y cierre patronal".

Esto significa que el empresario debe comunicar a la Seguridad Social, durante los seis días posteriores a la huelga, aquellos trabajadores que legítimamente han participado en la misma, porque en el tiempo que dura la huelga no existe obligación de cotizar.

Y, según Francisco Aranda, presidente de Asuntos Laborales de CEIM-CEOE, ya se han publicado los datos de los trabajadores que no cotizaron el día de la penúltima huelga general política, la que se celebró el 29 de marzo de este 2012.

Aquel día, el sindicato UGT-CCOO declaró que la huelga había sido un gran éxito porque había contado con un respaldo del 77% de los trabajadores y que, por lo tanto, se habían sumado al paro, exactamente, 9.100.000 trabajadores. Pero, según la Tesorería General de la Seguridad Social, quienes no cotizaron ese día y, por lo tanto, ejercieron su legítimo derecho a la huelga fueron sólo 840.982 trabajadores. O sea, el 4,9% del total de los ocupados en aquella fecha, que eran algo más de 17 millones. Demoledor dato. Escandaloso fracaso.

Ahora sólo queda que pronto se hagan públicos los datos de esa Tesorería para enterarnos de cuantos bullangueros andan por ahí ejerciendo su constitucional derecho de huelga. Nos llevaremos sorpresas similares.

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