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La lideresa en el país de Alicia

Aguirre entra en campaña en Tarragona. La exlideresa de los madrileños y aún lideresa de los afiliados madrileños del PP se ofreció hace días a la dirección catalana del PP para participar en la campaña electoral. Su propio gabinete de prensa en la sede de Génova, donde conserva su despacho de presidenta regional del partido, se ha encargado de difundir entre los medios su participación, como si de una estrella rutilante se tratara.

También estarán María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel García-Margallo y Javier Arenas. Toda una plana mayor en el día escogido por Esperanza que o bien queda difuminada por la presencia de tanto líder o se convierte en un valor junto a ellos como dirigente nacional, sin serlo en absoluto. Una jugada buena o una jugada mala. Los titulares determinarán lo que tenga que ser a lo largo de los próximos días.

Para Sánchez-Camacho, las elecciones "son históricas" aceptando el guante lanzado por Mas

Para Alicia Sánchez Camacho, la convocante que hizo su petición en el último Comité Nacional del partido, estas elecciones “son históricas” aceptando implícitamente – y no sabemos si muy afortunadamente – el guante lanzado por Mas, el candidato de la independencia. Veremos el efecto que el “desembarco popular” produce en los discursos de campaña de sus adversarios.

En los cuarteles de campaña de los otros partidos se destila la tensión en las vísperas de la huelga general convocada por los sindicatos. Si sale bien, la izquierda se apuntará el éxito, si sale mal, será cosa de lo que “ocurre en España”.

Hasta entonces solo cabe destacar el extraño efecto que estas elecciones produce en los portavoces políticos ya que, en esta ocasión, le ha tocado a García-Margallo, a la sazón ministro de los asuntos del exterior, rectificarse a sí mismo por hablar de política interior y desmentir su propia afirmación sobre el “golpe de estado” que sería la convocatoria eventual y unilateral de un referéndum sobre la independencia. En la cuenta empatan el socialista Iglesias y García-Margallo: uno a uno en poner en aprietos a sus candidatos.
A ver que nos depara la hiperactiva dimitida.

Análisis Estrella