Última hora

La jornada familiar de Mas y Rubalcaba

Mas y Rubalcaba han buscado en los dirigentes de la Empresa Familiar el apoyo o la comprensión a sus propuestas electorales. Convencer al empresariado suele aportar solvencia a los programas, pero no resuelve las elecciones. Desde los tiempos combativos de José María Cuevas, los líderes de nuestras empresas son muy proclives a la prudencia y a la moderación, por más que haya algunos que a cambio de una cartera infinita de "concesiones" y "concursos", que los hace vivir muy liberalmente de la adjudicación pública, practiquen el arturismo político y practiquen el apoyo al lideresalismo sin contemplaciones.

Convencer al empresariado suele aportar solvencia a los programas, pero no resuelve las elecciones

Hoy, pues, ha tocado el mensaje sosegado y "españolizado" a quienes poseen el liderazgo de las grandes empresas que se apellidan "familiares", y ambos políticos han defendido, con inusitada moderación, su proyecto. Lejos se han quedado las proclamas soberanistas de fin de semana y parroquia adictiva al discurso populista. Mas y Rubalcaba han mostrado su rostro más dialogante. Mas ha dicho que si en EEUU viven trescientos millones de personas y hay cincuenta estados, no hay correspondencia con los quinientos millones de Europa y sus veintisiete estados: caben más. Rubalcaba ha salido en defensa de la imagen de España mediante "grandes acuerdos".

Las reivindicaciones de Rubalcaba han sonado a consejos. Les ha dicho que la subida del IVA no ha sido buena, que la reforma laboral ha sido mala, que mala ha sido también la gestión de Bankia y que hay que aclararse bien en Europa.

Comparado con el contundente discurso de Marcelino Iglesias, Rubalcaba se ha quedado en conferenciante, que al fin y al cabo es de lo que se trataba. Mientras, Pere Navarro, que se mueve entre dos aguas, ha rectificado los ataques de su compañero al nacionalismo.

La campaña empieza a decaer. Mas ha agotado sus esfuerzos innovadores. El PSOE, en cambio, es un cajón de sorpresas que siempre aporta algo a la reflexión analítica, aunque solo sea porque sus líderes se contestan entre sí. Todo un ejemplo de buena gestión familiar. ¿Que habrán pensado los empresarios?

Análisis Estrella