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La Campos y los 3 cojones de Kiko

Quizás fuera un montaje, otro más del programa, o quizás es que se hubiera molestado de verdad. En Sálvame cualquier cosa es posible. Cuando no se insultan entre los presentes en el plató insultan a los ausentes. El caso es dejar siempre mal a alguien, mostrar lo peor del género humano.

Por ese motivo es difícil comprender cómo María Teresa Campos, toda una señora de la escena televisiva, no una becaria que aparece por vez primera en pantalla, se pudo mostrar sorprendida de que la conversación que estaba manteniendo con Jorge Javier Vázquez entre bambalinas o candilejas, si son más de Charlot, estuviera saliendo en antena.

En cualquier otro espacio sí hubiera sido sorprendente. En Sálvame, donde son capaces de seguir a los camerinos o incluso al baño a cualquier persona que pise su plató, es lo cotidiano y por tanto a veteranas del Vietnam televisivo como a ella nunca le pueden causar asombro.

No es de extrañar que su cicerone particular le dijera "hija, pareces nueva", cuando ésta dijo desconocer que no le habían desconectado todavía el micrófono.

Tampoco es que confesara que había hundido el Prestige o que lo de los papeles de Bárcenas habían sido cosa suya. Lo único que le confesó es que había un colaborador de Sálvame que no le hablaba. Lo que para cualquier mortal sería una bendición, para ella era una tragedia, y por eso puso pies en polvorosa cuando Jorge Javier le dijo que si ella quería entraba ese individuo o individua en el plató y se daban un beso.

A nadie extrañaría tampoco que esa proposición indecente hubiera sido la causa de su carrera para encontrar la salida de Telecinco, teniendo en cuenta que el principal "sospechoso" de no darle el cariño que ella reclamaba era Kiko Matamoros.

Quizás las discusiones que había tenido éste en espacios anteriores con su hija, Terelu, le habían molestado a María Teresa. Lo que sí está claro es que al "presunto" no parece que el tema fuera a quitarle el sueño, por que rápidamente, y con la elegania lingüística de la que hacen gala todos los tertulianos del programa, precisó que "me importa tres cojones".  No uno, ni dos, sino tres. Como Jorge Javier compruebe que tiene tantos testículos a buen seguro que hace que los muestre en pantalla. Todo sea por el espectáculo.

 

La mosca