La cagada del Presidente
Érase una vez hace muchos años, un país –mejor no recuerdo su nombre- al sur de Europa, o mejor debería decir al norte de África, que estuvo dirigido durante una época por un idiota. O por lo menos, así lo recuerda la historia.
Como es normal en los idiotas, en lugar de rodearse de expertos para que le asesoraran, éste se rodeó de “floreros chinos” para que le adularan. Los inteligentes se suelen rodear de personas más inteligentes para aprender, en cambio los idiotas se rodean de personas más idiotas para parecer inteligentes.
Según recuerdo, por esa época y aprovechando que en ese país no había oposición, tan solo un partido de sumisión, el “Idiota” reunió a todos sus “floreros” para comunicarles una noticia. También convocó a su grupo de “palmeros”, para anunciar que iba a realizar un acto sin precedentes en la historia y así demostrar hasta qué punto el pueblo le apoyaba sin rechistar.
El “Idiota” quería saber la tolerancia y aguante de la masa borreguera, que ,a pesar de tener prohibido prácticamente todo en el país, seguía sin inmutarse, es más, seguía teniendo millones de imbéciles incondicionales que le apoyaban.
Al más puro estilo romano y recordando a Nerón, el Presidente anunció que en medio de una conocida plaza atravesada por dos grandes vías de Madrid, iba a soltar una gran “cagada” para comprobar la reacción ciudadana.
Efectivamente, el Presidente convocó a sus lacayos periodistas que por aquella época aun no habían cerrado: 'Público', 'El País', 'La Sexta', etc... Acercándose al centro de la plaza y bajándose los pantalones, soltó una gran “cagada” monumental. Quizás sea más correcto decir excremento, evacuación, deposición, caca, boñiga, chorizo, mojón. Pongan ustedes el nombre que quieran, pero aquello fue una gran “cagada”.
No sé si aquello tenía también un trasfondo simbólico que era, “me cago en Madrid y en la puta España”. No lo sé, pero lo cierto es que nadie rechistó, ni si quiera la oposición.
¿A que parece una estampa surrealista imposible de ser verdad? Pues detente un momento y analiza todo lo que ese señor hizo y verás que aún hizo muchísimo más.
Recuerdo por aquella época que el diario 'Público' calificó la mierda del Presidente como “Un estampa plástica símbolo de libertad”. 'LaSexta' hizo un gran reportaje realzando el gran nivel de creatividad del Presidente. 'El País' propuso al “Idota” para el premio Nobel de Inteligencia, pues tal cagada no tenía precedentes en toda la historia. La oposición solo opinaba y con micrófono cerrado que aquello olía tan mal que apestaba.
Efectivamente, el presidente era idiota pero tenia razón; nadie rechistó.
Pasaron los años y llegó al poder la tan deseada oposición. Pero llegó cargada de complejos, cobardía y traición. Muchos esperaban que la oposición –ahora en el Gobierno- limpiara la mierda y además desinfectara la plaza. Pero no fue así. El nuevo Gobierno buscando consenso con la nueva oposición, decidieron cambiar la mierda por una rotonda y así contentar a todos. Muchos, de ambos partidos, aplaudieron la idea sin darse cuenta de que habían cambiado una mierda por otra, pero ésta nos saldría más cara, pues según reza en el manual de imbecilidad, toda rotonda debe estar presidida por una seudo-escultura que no deja de ser otra mierda pero con pedigrí.
La conversión de cagada a rotonda le costó a los ciudadanos 1.300 millones de euros. Por supuesto en el precio está incluida la escultura que se encargó, como no, al primo del hermano de la hermana del marido del cuñado de uno de los ministros.
Por aquel entonces hubieron muchas “cagadas”: Educación para la Ciudadanía, matrimonios raros, Estatuto, lenguas imbéciles, prohibiciones, etc. Absolutamente ninguna de las cagadas se limpió y se desinfectó, simplemente se transformó. El país se quedó con las mismas cagadas pero decoradas.
Las cagadas tienen dos cosas malas: con el tiempo te acostumbras al mal olor y además ocupan el espacio de las cosas útiles.
Nunca escuches a los que defienden las cagadas, no es buen argumento afirmar que si a millones de moscas les encanta la mierda, tantos millones de moscas no pueden estar equivocadas. No seas mosca, ¡¡imbécil!!
¿Y aún preguntas cuál es la fuerza de los idiotas? Algo huele a podrido al sur de Europa.
Nota: cualquier similitud con España es pura casualidad.
Así lo pienso y así lo digo.
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