Jarrones chinos
Estamos en plena temporada de libros de memorias. Tres expresidentes de Gobierno (Felipe, Aznar, Zapatero) y un exvicepresidente (Solbes) compiten en las librerías. Antes que ellos lo hizo Pepe Bono, ex del Congreso. En el caso de Felipe González en "En busca de respuestas" -que así titula su libro- más que un libro de memorias es un cúmulo de reflexiones políticas que pretenden avizorar el futuro.
Aznar y Zapatero se dedican a esmaltar sus recuerdos de cuando fueron los inquilinos de La Moncloa. Ocho años cada uno. No es la única coincidencia a la hora de rescatar memoria de lo ocurrido y vivido. El factor común es, en realidad, el más humano de los factores: exculpar errores. La amnesia selectiva que cursa en forma de prolija presentación de logros y disimulo de las meteduras de pata. Largas explicaciones para intentar, en el caso de Aznar, que creamos que España no participó en la guerra de Irak y por cuenta de Zapatero que nos traguemos que en 2008 no ocultó, a sabiendas, la crisis para evitar (abocábamos a unas elecciones) el descalabro político del PSOE que aconteció cuatro años después.
Solbes dice que su libro no es un ajuste de cuentas con Zapatero
Lo de Pedro Solbes es otra cosa. Dice que su libro no es un ajuste de cuentas con Zapatero pero la verdad es que no parece otra cosa más que eso. Es más, a Zapatero cada vez que habla de su libro el preguntan por el de Solbes. La memorias de vidas políticas escritas por políticos tienen una gran tradición en Francia y en Gran Bretaña.
Con la pluma, Churchill estuvo a la altura de los cazas "Spitfire" que ganaron la Batalla de Inglaterra y las memorias de Tony Blair aportaron noticias desconocidas acerca de las tribulaciones de la reina Isabel II en los días posteriores a la muerte de Lady Di. En ese registro, los nuestros se han quedado más bien cortos. La épica de Aznar queda en que puso firme y en primer tiempo de saludo al JEMAD que no veía la operación de Perejil que a la postre se llevó a término con viento en contra de Levante.
Lo que cuenta Zapatero es que se negó por dos veces a que España fuera rescatada. En junio de 2010, rechazó la "línea de liquidez precautoria" habilitada por el FMI cuyo director gerente era Dominique Strauss-Kahn. El del priapismo. En fin, dos años ha tardado Zapatero en redactar su historia y unos cuantos más Azar en pasar a limpio las notas de aquel famoso "cuaderno azul" del que ya nos habíamos olvidado. Como dijo en su día Felipe González, los ex presidentes de Gobierno son como los jarrones chinos. Todo el mundo coincide en que son objetos de mucho valor pero nadie sabe muy bien qué hacer con ellos y dónde colocarlos. Quizá por eso se dedican a escribir sus memorias, intentando, de paso reescribir la Historia.
Fermín Bocos