Inaceptable ministra Báñez
No le ayudan al presidente sus ministros. Y su función es exactamente la contraria, la de desarrollar en su área las estrategias que el presidente marca según su criterio y el criterio legislativo de las Cortes. Pero no le ayudan. Hace unas semanas el ministro Wert incendió la sociedad española con las torpes declaraciones acerca de la españolización de los españoles que viven en Catalunya. Menuda carnaza para los nacionalistas. Poca ayuda para el presidente.
Famosas son las declaraciones de la ministra de Sanidad explicando el significado del sustantivo enfermedad o anunciando nuevas medidas que, según ella misma, ya existían. Las del ministro Soria acerca del turismo y las habituales de Montoro no tienen desperdicio.
Las torpes e indeseables declaraciones de Báñez se producen cuando España se debate ante un inminente "rescate"
El viernes pasado, Fátima Báñez, habitual en las crónicas de despropósitos, se encumbraba con la afirmación que reconocía el carácter de personas a los funcionarios que perdían su puesto de trabajo. Su “también son personas” ha durado poco en el listado de los atropellos a la inteligencia. Hoy ha anunciado, siguiendo la estela de la entonces ministra Salgado y sus condenados brotes verdes, que “España está saliendo de la crisis”.
La señora Báñez ya no ofende a la inteligencia de los españoles – para eso hay que tener altura suficiente- pero sí hiere el corazón de los españoles sin trabajo, ya que estas inconvenientes, inmaduras, torpes e indeseables declaraciones se producen después de hacerse público el peor dato de desempleo de la historia de la democracia y cuando España se debate, en los pasillos europeos ya que no en el parlamento, ante un inminente “rescate” que supondrá una bochornosa pérdida de soberanía y un lamentable ejercicio de nuevos y durísimos recortes presupuestarios.
Nadie duda de que Rajoy intenta hacer lo mejor para su país, aunque sus éxitos sean discutibles; pero lo que no es aceptable es que en medio de las convulsiones económicas y del galopar incontenible del desempleo, esta señora ministra cobre un salario público. Parecía que los dislates de las señoras Pajín o Aído eran insuperables, pero ya lo dice el refrán: otros vendrán que bueno te harán.
Sería bueno para el PP, para el Gobierno y para todos los españoles que el presidente se deshiciera de ella cuanto antes.