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Gobernar para todos

Quiero creer que en cuanto se apruebe la nefasta ley de seguridad ciudadana del ministro Fernández algún partido de la oposición y alguna plataforma de defensa de los derechos de los ciudadanos  recurrirán la ley ante el Tribunal Constitucional.

Que la ley es claramente represora es una obviedad pero sobre todo lo que más inquieta es la manifiesta desconfianza del Gobierno en los jueces, ya que se va a arrogar el poder castigar o multar conductas que hasta ahora sólo podían ser juzgadas por los tribunales.

Lo cierto es que al ministro del Interior, Jorge Fernández, se le ha ido la mano a la hora de elaborar este proyecto de ley de Seguridad Ciudadana. Pedir al ministro que rectifique puede resultar un ejercicio inútil pero lo que no lo será es recurrir el texto al Tribunal Constitucional.

Este es sin duda el Gobierno más ideológico de cuantos nos han gobernado desde la reinstauración de la democracia. Mariano Rajoy no habla mucho pero sin duda está gobernando con parámetros con fuerte contenido ideológico. La recién aprobada ley de educación, la privatización de la sanidad por la puerta de atrás, ahora esta ley de seguridad ciudadana, son un claro ejemplo de esa impronta ideológica en las leyes mas importantes.

En mi opinión el presidente está cometiendo un grave error. No sólo porque son leyes destinadas a durar lo que dure el PP gobernando, sino porque está legislando sin tener en cuenta la opinión y sensibilidad de buena parte de la sociedad. Ya le pasó a José María Aznar cuando hizo caso omiso de los ciudadanos que se manifestaban contra la intervención de España en la guerra de Iraq.

Me parece a mí que la obligación de un gobernante es gobernar para todos los ciudadanos no sólo para sus votantes. No digo que no deba gobernar de acuerdo a su programa electoral, pero si perder de vista que, insisto, además de sus votantes están el resto de los españoles y eso implica que hay determinadas leyes y decisiones que deben de contar con un amplio consenso. Por ejemplo, Rodríguez Zapatero se equivocó modificando la ley del aborto porque era evidente que una amplia mayoría de la sociedad consideraba suficiente la legislación que había en ese momento.

Aún recuerdo la campaña del PSOE de 1982 cuando ganó por primera vez las elecciones. El eslogan era "Una mayoría para el cambio", y si algo hizo Felipe González fue gobernar para todos, lo que le supuso no pocos reproches por parte del sector más ortodoxo de su partido. Pero González entendió que ser presidente del Gobierno de España implicaba gobernar para toda la sociedad y que eso suponía hacer determinadas renuncias.

Me temo que en nuestro país no nos sobran los hombres de Estado y sí los políticos que hacen oídos sordos a amplios sectores de la sociedad lo que les lleva a gobernar sólo para los suyos.

Julia Navarro