Exigimos explicaciones
Mas ha sido acusado por un medio de comunicación de ocultar una fortuna en el extranjero, de evitar pagar impuestos en España y de evadir capital y, por tanto, de falsear la realidad visible de su personalidad escondiendo una verdad algo peor que incomoda y, desde luego, incompatible con el respeto que debe merecer la figura del máximo representante del Estado en Cataluña o, dicho de manera más políticamente correcta, de desmerecer la honorabilidad que debe poseer el llamado honorable Presidente de la Generalitat.
Los efectos secundarios de las acusaciones de Mas se notarán de inmediato
Mas, por su parte, ha acusado al medio en cuestión de acusar sin fundamento; le ha acusado del cinismo que supone advertir en un editorial de hace unos días que la información que daba difícilmente podría contrastarse, y ha aprovechado para acusar a la policía, o al ministro del Interior de usar su posición privilegiada para investigarle a espaldas del juez.
Las dos acusaciones son graves. Muy graves. En plena campaña electoral los efectos secundarios de semejante acusación se notarán de inmediato y la rectificación posterior, o el desmentido si lo hubiera, llegaría demasiado tarde, después de que los ciudadanos condicionados por una información falsa hubieran votado en consecuencia. Si eso fuera así, prácticamente se habría otorgado al presidente Mas la capacidad de deslegitimar un resultado que no le conviniera.
Si la acusación fuera cierta y se demostrase, aún pesaría sobre el valor de nuestro sistema democrático explicar cómo se ha producido la investigación y cómo es posible que ésta se haya filtrado tan convenientemente en mitad de un proceso de decisión pública que afecta a las personas consideradas en el caso. Mas debería demostrar su inocencia tal y como corresponde a un cargo político aunque, sin duda, nuestro estado presume la inocencia de los imputados, pero su autoridad moral para liderar un proceso que el mismo ha convertido en mesiánico, quedaría defenestrada.
Conviene saber si el Estado ha utilizado medios inapropiados para conseguir información con fines electorales
Todo es grave. Muy grave. Y ha llegado el momento de exigir respuestas clarificadoras y contundentes, y después las responsabilidades oportunas. Mas presentó ayer una querella criminal contra el medio. Ha hecho lo correcto. Pero la investigación exige no sólo clarificar la actuación de Mas y la gestión de su patrimonio personal. También conviene saber si el Estado ha utilizado medios inapropiados para conseguir información con el único fin de utilizarla electoralmente, ya que, hasta el momento en que se ha conocido semejante información, mas era un aliado táctico del partido de Gobierno en el Congreso y este un aliado de Mas en el Parlament. ¿Sabemos estos presuntos hechos porque se rompió el acuerdo de convivencia entre CiU y PP?
Claridad, luz y transparencia. Todo esto ha enturbiado la campaña. Tanto que, como decíamos ayer, es posible que el candidato soberanista pueda mejorar su posición con los réditos de esta acusación que aumentará su discurso victimista sin que el medio de comunicación disponga de más artillería para demostrar la acusación. Y entonces ya no sabríamos si nos movemos en el terreno de la responsabilidad política o en el de la irresponsabilidad total. Lo correcto es exigir explicaciones a todas las partes.
Editorial Estrella