El PSOE sí es la solución
Un año desde que la derecha llegara a este país con las promesas de milagrosas recetas para la economía y una recuperación rápida como el rayo. Un año ya desde que empezara el tan manido, cansino y soporífero mantra de la herencia que resultó ser un boomerang en la faz de un gobierno que por quien fue más engañado fue por los suyos.
El Presidente del Gobierno ha traicionado todo lo que él mismo ha dicho que defendería
La sanidad y educación pública, la Ley de Dependencia, la igualdad, los derechos de los trabajadores, de los niños. Y ahora, las pensiones. Todo en estado de coma por un gobierno al que lo público le estorba. Con un Presidente del Gobierno mediocre, huidizo y falaz que es incapaz de dar una respuesta si no es en un medio extranjero y con unos ministros más ocupados en procurar titulares vergonzosos que en dar soluciones a un país que se desangra. Los “medicamentos que curan” de Ana Mato, los empleados públicos “que también son personas” y el “estamos saliendo de la crisis” de Fátima Báñez al minuto siguiente de anunciar una cifra de seis millones de parados, la Ministra de Trabajo que más parados ha logrado en menos tiempo, “españolizar catalanes” del Ministro Wert o “me gustan los catalanes porque hacen cosas” del mismísimo Presidente del Gobierno. Un sujeto que ha traicionado todo lo que él mismo ha dicho que defendería: dejando a los pensionistas al pairo de la crisis al tiempo que en el PP presumen de que” los jubilados están muy agradecidos al gobierno”. Estos son sus méritos. Y hundir la economía en pro de un “déficit” que empieza a ser la pesadilla del conjunto de esta país. Porque se ha convertido en una obsesión de nuestros gobernantes que lo han antepuesto al bienestar de quienes fueron estafados por promesas que se convirtieron en la trampa en la que estamos ahora metidos.
El PSOE tiene una larga historia y una importantísima trayectoria en defensa de los trabajadores y de todos los españoles. Si fuera por la caverna del brazo en alto, ahora anidada en el PP, todavía no habría vacaciones de treinta días, ni ley de interrupción del embarazo, ni derechos laborales básicos, ni pensiones no contributivas, ni sanidad pública, ni escuela pública, ni el hijo del trabajador iría a la universidad, ni derechos ni libertades básicos hasta en el último rincón del mundo. El PSOE es una garantía de oportunidades y un dique contra el energúmeno que todo conservador lleva dentro de su alma reaccionaria: el que habla cada vez que un ministro se retrata y que aflora cada vez que un damnificado aplaude que le puteen con tal de no dar la razón al PSOE.
El PSOE vuelve a recuperar la esencia de aquel socialismo con iniciativas que buscan la justicia social
La solución de esta crisis es otro tipo de políticas –las progresistas, las del PSOE- porque si de alguien hay que ocuparse es de quien menos tiene, porque si algo no es caro es la educación, porque un país avanza en base a la cultura, a la educación, el desarrollo, la investigación y en la igualdad en derechos y obligaciones de quienes forman parte de él.
El PSOE, encabezado por Rubalcaba, vuelve a recuperar la esencia de aquel socialismo y que demuestra con iniciativas que buscan la justicia social, una fiscalidad progresiva - que pague más quien más tiene-, de acabar con el fraude fiscal y de las triquiñuelas que ayudan a evadir impuestos, del impulso de la educación pública y de la recuperación de la sanidad pública de calidad y gratuita, la eliminación del copago, a la revalorización de las pensiones, de no recortar derechos a quienes nada tienen, de anteponer personas a los bancos, de políticas que ayuden a impulsar la economía.
Iniciativas contra el desahucio, un fondo para rescatar a las personas a las que la crisis les despojó de lo mínimo para sobrevivir y todas aquellas que sean necesarias para que quienes no provocaron la crisis no sean los que peor lo pasen con sus consecuencias.
Si algo nos piden los ciudadanos es que establezcamos, ahora sí, correctamente las prioridades. Que los protagonistas del desarrollo y de las políticas vuelvan a ser los ciudadanos y nunca quienes causaron la crisis con su avaricia.
Nunca hizo tanta falta un PSOE fuerte que recupere el pulso con la gente
Nunca hizo tanta falta un PSOE fuerte y un líder como Rubalcaba que lidere una alternativa que abra un espacio para la esperanza, para la construcción de una sociedad más justa y en la que los valores del socialismo sean los que defendieran aquellos obreros en las casas del pueblo. Un partido socialista que recupere el pulso con la gente y que vuelva a coger el pulso de sus problemas cotidianos.
Si la presencia de una oposición fuerte siempre fue importante hoy, con el paupérrimo gobierno que nos ha tocado lidiar, se convierte en esencial. Hay mucho que hacer cuando esta pesadilla acabe. El día que ha estos mentirosos se les acabe el cuento de la herencia recibida, igual se ponen a buscar la herencia que de verdad más les gusta, y se van en procesión al valle de los Caídos.
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