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El melodrama de la ingobernabilidad

Se comenta estos días el estado de conciencia de la opinión pública, también en materia electoral, y se suele sacar la conclusión de que se ha terminado el modelo político del bipartidismo, que sería sustituido por un modelo multipartidista con un Parlamento incapaz de generar gobiernos estables como los que hemos conocido hasta ahora desde antes incluso de la Constitución de 1978, que va a cumplir su 35º aniversario en medio de la indiferencia generalizada. Esa indiferencia se convierte en hostilidad incluso en partidos que estuvieron dentro del consenso constitucional en aquellos tiempos y se observa una marcada desafección hacia una ley de leyes que en su día fue beneficiaria del apoyo mayoritario del mundo político y social. El estudio demoscópico que publicaba "El País" es especialmente interesante para entender todo esto. Ese mismo estudio pone de manifiesto el melodrama de la ingobernabilidad con un Parlamento tan fragmentado como el que vaticina, en el que PP y PSOE se quedarían muy lejos de una mayoría que les permitiese gobernar con las tradicionales bisagras nacionalistas de otros tiempos.

El PP solo podría pensar en el apoyo de UPyD, hipotético apoyo que no serviría para nada.

El PP solo podría pensar en el apoyo de UPyD, posibilidad que además los de Rosa Díez negarían radicalmente, hipotético apoyo que no serviría para nada. 146 más 11 darían casi 20 diputados menos de los necesarios para la mayoría absoluta. Y es inimaginable el apoyo al PP de cualquiera de los demás partidos. El PSOE, a muy escasa distancia del más votado, obtendría 131 escaños, 45 menos de la mayoría absoluta, pero lo tendría menos difícil que el PP. Porque podría aspirar al apoyo de IU (25), UPyD (11), PNV (7), CC (2), Compromís (2), BNG (1), tal vez CiU (11), aunque no en el de ERC (8) y Amaiur (5). De ahí saldrían los 176 escaños para la mayoría absoluta, pero dentro de un lío considerable, aunque situaciones así se han dado en numerosos países europeos a raíz de la Segunda Guerra Mundial, donde se obtuvieron ciertos niveles de gobernabilidad. Preferible, por supuesto, a la presente situación de permanente abuso de la mayoría absoluta del partido gobernante.

Pedro Calvo Hernando