El crimen del Apartheid contra el que luchó Mandela
Nelson Mandela no sólo luchaba contra el racismo, luchaba contra todo un sistema de segregación racial, un régimen discriminatorio organizado política y jurídicamente hasta el punto de haber sido catalogado como crimen contra la humanidad por la comunidad internacional, crimen contrario a los principios del Derecho internacional, en particular contra los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
Esta calificación procede de las resoluciones sobre el tema de las Naciones Unidas, en particular del convenio internacional para la represión y castigo del crimen de apartheid de 1973. El convenio, que no tuvo mucho éxito en los países occidentales en parte por culpa de la guerra fría, enumeraba en su artículo II un conjunto de actos como crimen de apartheid que son una de las mejores definiciones que se han dado del sistema represivo sudafricano: asesinato de miembros del grupo racial, atentados contra la integridad física o mental, torturas, detención arbitraria y prisión ilegal, imposición de condiciones de existencia que hayan de acarrear la destrucción física total o parcial del grupo, medidas legislativas que impidan la participación política, económica, social y cultural en el país, denegación de derechos fundamentales como la sindicación, la educación, la libertad de circulación y residencia, opinión, expresión, reunión y asociación, medidas legislativas para dividir a la población según criterios raciales, creando guetos, prohibiendo matrimonios mixtos o expropiando bienes del grupo racial, trabajos forzosos, persecución de organizaciones anti-apartheid...Todo un catálogo de violaciones de los derechos humanos que caracterizaban el infierno del sistema del apartheid.
Más éxito ha tenido la inclusión de un sistema de segregación racial entre los crímenes contra la humanidad dentro del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (1998), vía a través de la cual se ha incorporado también al código penal español: son los actos inhumanos enumerados en una lista, cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre cualquier otro grupo o grupos raciales y realizados con la intención de mantener ese régimen. De este modo en el Estatuto de Roma se tipifica en general como crimen contra la humanidad un sistema de segregación racial -de pigmentocracia se le calificó- como era el apartheid, contra el cual luchó incansablemente Nelson Mandela y cuyos efectos todavía se dejan sentir en la actualidad. Aunque los derroteros de la historia llevaran a Sudáfrica a la reconciliación sin castigo ello no significa que el apartheid no fuera un auténtico crimen.
Julio Vives