Cuidado, Soraya
Veo esforzada y sonriente a Soraya Sáenz de Santamaría, diciéndole a la santa María Teresa de la Vega y de Calcuta -que hace obras de caridad africana no con su sueldo sino con los Presupuestos del Estado- que hay que hablar de Galicia. "Vamos a hablar de Galicia", dice nuestra dulce y encantadora corderilla lucera del Partido Popular, y pensará esta angelita, que parece escapada de una pintura de Murillo, que ya pasó el peligro y que la nave del PP avanza presurosa sobre el ancho mar de la política y con fuerte y favorable viento de Levante, como diría Trillo, su protector.
A la portavoz del PP le salen las cuentas: victoria en Galicia; la llave del Gobierno vasco en la faltriquera; Garzón desprestigiado; Bermejo en el paro; carpetazo a la comisión de investigación de Madrid; y sin imputado nacional del PP, con lo que lo de la financiación ilegal ya está fuera del circuito judicial.
Son como niños, y no conocen a Rubalcaba, el croupier que reparte cartas marcadas en esta apasionante partida de espías madrileños y de la trama de corrupción de Paco Correa y sus Tijuana brass. Todavía recordamos el día en el que la entonces portavoz del Gobierno de Felipe González, Rosa Conde, dijo tras el primer debate parlamentario sobre el 'caso Juan Guerra' eso de que: "El asunto está zanjado". Y llevaba razón Rosita la pastelera, pero sólo en lo semántico, no política ni judicialmente. Porque allí se abrió -pero no se cerró- una gigantesca zanja de la corrupción felipista en donde primero cayó fulminado el todopoderoso vicepresidente Alfonso Guerra, y luego las distintas tramas de Filesa, Roldán, Urralburu, Rubio, etcétera, hasta llegar a los GAL.
Querida Soraya, no seas inocente. Mira profundamente en los ojos de tu líder, don Mariano, que tiene las manos limpias, eso es verdad, pero que se las tendrá que manchar decapitando a más de uno en el PP si no quiere que todo esto de 'Gürtel' acabe estallándole en esas mismas manos a él. El caso no está cerrado, y como dijo Jorge Semprún de Pilar Miró -"la morita no está muerta"- cuando lo de los trajes de la cineasta, nada está cerrado y menos aún zanjado en esta historia, porque el cazador Garzón no está ni mucho menos acabado y el croupier lleva escondido en la bocamanga el as de bastos, que aparecerá, como Moby Dick, cuando menos lo piense el capitán, hoy sentado alegre en la popa, de la nave del PP.
De manera, querida Soraya, que mucho cuidado con la euforia porque la partida no hizo nada más que comenzar. Rajoy lo sabe y a buen seguro que no dormirá bien ni tranquilo mientras repite hasta la saciedad eso de "joder, que tropa", y que queda corto como muy pronto se sabrá. Algunos ya lo sabemos pero, por el momento, vamos a esperar, aunque si tú, hija, Soraya, tienes prisas y curiosidad llámanos y te diremos algo, aunque ya te avisamos que el asunto es muy fuerte y que te puedes desmayar.