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Corrupción insoportable

La jornada más negra de la historia del PP sólo ha tenido el contrapunto de la honestidad hecha comunicado con la firma de Álvaro Lapuerta, un histórico dirigente popular de los que, habas contadas, al poner su palabra pone en evidencia la escasa credibilidad de la de los demás. Si él afirma que no conoció es que no conoció; sin duda bajo su mandato nada de esto se produjo, basta ver la diferencia obvia entre el patrimonio de Bárcenas y el suyo.

Esta generación asiste impactada al mayor nivel de podredumbre de la vida pública española. No hay que ser un nostálgico franquista ni un defensor de la extinta UCD para afirmar que como la corrupción que hay en España desde los años ochenta no hay precedente desde los negocios de José de Salamanca, por los que hubo de acudir al exilio en más de una ocasión.

Puede que los apuntes contables sean una maquinación para destruir al PP. Pero se hace cuesta arriba creerlo cuando la mitad de lo que se divulga es reconocido por parte de los implicados y se quiere negar la fiabilidad de la otra mitad. A no ser que queramos creer que la verdadera conspiración es contra el PP y no la conspiración que había desde el PP contra la legalidad y la honradez.

España se está convirtiendo en una olla podrida por culpa de los políticos

La derecha democrática, los votantes del PP y los afiliados del partido asisten abochornados a este espantoso baile de la infamia, en el que la piedra angular se sitúa en el mismísimo Bárcenas y su silente afán de acumulación mientras ocupaba puestos de responsabilidad pública.

España necesita algo más que un folletín novelesco. Necesita una intervención judicial que aclare la situación. ESTRELLA DIGITAL ha reclamado desde ayer la firma ciudadana para exigir que se clarifique lo que ha ocurrido con la amnistía fiscal y se sepa, alto y claro, quienes son los beneficiarios. La porquería que se presiente es insoportable para una sociedad democrática que se somete a un continuo recorte de rentas, un incremento de impuestos y una disminución de servicios públicos bajo la cantinela insufrible del ‘vivimos por encima de nuestras posibilidades’.

España se está convirtiendo en una olla podrida por culpa de los políticos. Que nadie se sorprenda si hay una reacción social incontenible. Ojalá los partidos estén a la altura y todo esto se aclare verdaderamente.

Editorial Estrella