Cansancio electoral
Aunque no lo parezca, aún quedan 20 días para que se celebren las elecciones. Una barbaridad. Una locura. Una pesadez. Un gasto inútil.
Hasta en eso se ha equivocado Zapatero. Atrasó la convocatoria electoral esperando el comunicado de ETA para que le salvase los muebles y, aunque ha conseguido el comunicado, los muebles siguen en el fango. Entre otras cosas, porque el alto el fuego definitivo de ETA no solo no va a cambiar el resultado socialista de las elecciones sino que lo va a empeorar porque el español medio se ha sentido burlado con esa trampa saducea.
Hoy, a 20 días de las elecciones, todo el pescado está vendido. Y salvo hecatombe, nada pueden hacer los candidatos para que los votantes cambien el voto.
Llevamos demasiado tiempo en crisis. Hay cinco millones de parados. No hay créditos. Las cajas de ahorro han sido una locura de gasto inútil y corruptelas. Y los nuevos estatutos autonómicos sólo están trayendo problemas. Eso, entre otras muchas cosas. Y, por último, está el cansino de llevar cinco meses escuchando propuestas absurdas. Demasiado tiempo. Y la gente está cansada. Ya lo único que se quiere es el cambio.
Cambiar. Quiere olvidar esta larga etapa de errores y mentiras de Zapatero y le da lo mismo quien venga. Lo mismo. Pero que venga alguien y haga otras cosas y no mienta… Hasta el ministro Valeriano Gómez mintió en la rueda de prensa del viernes sobre los parados. Ya no hay ni vergüenza torera. España ya está cerrada por derribo…
Pero aún quedan 20 días.
Y lo malo es que, tal y como se están produciendo las cosas, es muy posible que la diferencia de votos en contra de Rubalcaba sea mayor aún porque vamos de mal en peor. Zapatero ha dejado a España como un solar y, salvo los socialistas irredentos y gente agradecida, es difícil que nadie pueda votar a Rubalcaba ante tanto dislate.
Ahora ya da igual lo que digan los candidatos. Lo que los españoles quieren es el cambio. Y acabar con esta pesadilla.