Ataque de Aguirre al Estado del Bienestar

Resulta inconcebible que una política que vive de lo público, que tiene un cargo público y que gobierna una administración pública reniegue de lo público y demonice a diario todo lo que tenga ver con el sector público.

Lo de pedir que las competencias de justicia, sanidad y educación vuelvan a la gestión del Estado dicen muy poco de la señora Aguirre. Dice muy poco porque, en el caso de Madrid, han sido ella y sus gobiernos los que han arruinado esos servicios básicos. Y no me digan que digo esto por mi “amor” a la lideresa. Es tan cierto como la luz que nos alumbra.

En cuanto a la enseñanza quiere, además, que no sea gratuita en todos los tramos, algo a lo que siempre han aspirado los empresarios de la privada. Qué casualidad.

Tras los anunciados recortes del Gobierno de Rajoy, me he preguntado dónde estaba esa Esperanza Aguirre beligerante, combativa, soberbia, que se atrevía a decirle a Zapatero que era un estrangulador porque “asfixiaba” a Madrid.

¿Dónde está esa Esperanza Aguirre que el 14 de diciembre de 2011 se atrevió a decir que “Rajoy traerá oxígeno a Madrid y acabará con la asfixia de Zapatero?

¿Qué ha sido de esa Esperanza Aguirre cuya única idea para salvar los muebles es la de devolver las competencias de las que se ha demostrado incompetente para gestionar? Si la presidenta se ve incapaz de hacerlo, que se vaya y que convoque elecciones anticipadas como hizo su íntimo amigo Álvarez Cascos.

Si un político como Aguirre proclama y defiende el liberalismo a ultranza con la pasión con la que lo hace y con el único objetivo de acabar con lo público, qué pinta metida en política. Que se vaya a la CEOE, o, mejor, a su casa.

Este ataque en toda regla al Estado del Bienestar debería conducirla a la dimisión.

Los madrileños no nos merecemos a nadie que, como ella, no nos quiere gobernar en la crisis y pretende sacudirse los problemas ante las dificultades después, eso sí, de haber hecho quebrar la enseñanza, la sanidad y la justicia públicas.

Los grandes políticos se descubren en los momentos difíciles y aquí hay dos verdades: es un momento muy complejo y Esperanza Aguirre solo ha sabido gobernar en la bonanza. Ya me dirá usted lo que es esta señora política.

Alfonso García-Estrella Digital

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