¿Alma socialista?
Este fin de semana hemos asistido a un fantástico debate tuitero entre Elena Valenciano, Vicesecretaria general del PSOE, y María Antonio Trujillo, exministra de Vivienda socialista. Un debate en el que se ha mezclado casi todo. Pero, especialmente, temas personales porque a ellas les va la marcha. De hecho, ya discutieron cuando Valenciano le pidió a Olvido Hormigos que no dimitiera por lo del vídeo erótico que Trujillo le exigía. También debatieron cuando María Antonia pidió la dimisión de Rubalcaba tras el fracaso socialista en las elecciones gallegas y vascas y Elena la criticó.
El caso es que la exresponsable de Vivienda defendió, hace unos días, en twitter una vieja teoría de la seguridad jurídica a que está obligada la democracia diciendo: 'quien tenga deudas que las pague'. Puede sonar duro pero es una realidad impecable. Lo contrario produce, además de inseguridad jurídica, injusticia por agravio comparativo con los que pagan, íntegramente, sus deudas. Y sólo hablo de forma empírica.
Lógicamente, ante algo que, a priori, suena tan contundente, la vicesecretaria general del PSOE le ha contestado con una interrogación singular: '¿dónde dejaste tu alma socialista?' Algo poético pero etéreo. Porque, salvo que yo me lo haya perdido por el camino, hace tiempo que aprendí que el socialismo, a nivel ideológico, carece de alma ya que su ideología se basa, filosóficamente, en el materialismo dialéctico, heredero del marxismo y, por supuesto, unido a un anticlericalismo casi irracional.
El socialismo trata es de imponer al ciudadano la manera en que puede y debe actuar en sociedad
El socialismo es intervencionista en todos los sentidos y lo que trata es de imponer al ciudadano la manera en que puede y debe actuar en sociedad, sin permitirle ninguna posibilidad para ejercer su libertad. Un concepto nacido, por cierto, del humanismo cristiano.
¿A qué alma socialista se refería, entonces, la ilustrada Elena Valenciano?
No lo sé. Pero a mí la frasecita me suena a zapaterismo en estado puro... Aún recuerdo aquella frase tan cursi y hortera del Olvidable ZP de "La Tierra no pertenece a nadie. Solo al viento". Y no me extraña que haya querido decir algo así y que todo se deba a una tontuna escrita por un Community Manager iluminado. Porque, insisto, nada parecido al alma hay en los fundamentos teóricos del socialismo.
Por supuesto, tampoco parece que se encuentre en sus fundamentos prácticos porque, en España, cada vez que los socialistas han gobernado únicamente han dejado paro, miseria y sufrimiento tras de sí. Es más, si hubieran tenido alma, la gestión de Zapatero no hubiera dejado la herencia que dejó, entre cuyos despojos se encuentran los desahucios que ahora hay que solucionar y de cuya regulación los socialistas volvieron a esconderse en el último momento, como hacen casi siempre que no mandan por aquello de qué dirán.
En cualquier caso, pienso que la discusión hay que encuadrarla, realmente, dentro del debate interno que se respira dentro del PSOE y, sobre todo, en su falta de liderazgo. Es más, parece que la lucha por ese liderazgo hay que decantarla entre una postura blandiblú, heredada del zapaterismo, de Valenciano y otra que quiere retomar la seriedad de un partido, que nunca debió perder, de Trujillo.
La Sonrisa de la Avispa
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