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Adiós 8000, otra vez

En otra semana calificada de decisiva, el comportamiento de la bolsa española ha sido desigual. El IBEX acabó las cinco sesiones ganando casi un 3,5 por ciento, a pesar del trastazo del viernes, aunque perdió la cota de los 8.000 puntos. La Cumbre Europea dejó sabor agridulce. Ya empezó con mal fario. La canciller alemana advirtió que no saldría gran cosa de la reunión. De hecho, la unión bancaria tan deseada por España y apoyada sobre todo por el presidente francés, no verá la luz hasta 2014.

A Merkel no le gusta nada acudir a su Parlamento ni contarle a sus ciudadanos que hay que poner más dinero. Se juega mucho internamente. No obstante, Mariano Rajoy no salió del todo descontento. En su opinión, aunque más tarde de lo que creía, la unión bancaria va a ver la luz. La recapitalización directa del sistema financiero español, por tanto, se retrasa. Habrá que sumarlo a la deuda. De ahí también el castigo bursátil que el viernes recibieron los bancos, aunque en la semana no les haya ido de todo mal.

Donde sí hay motivos para la esperanza es en el recorrido de la prima de riesgo. Logró bajar de los 400 puntos y ahí ha logrado mantenerse toda la semana. El Estado ha aprovechado esta circunstancia y prácticamente ha emitido ya toda la deuda prevista para el año. El gobierno, pues, ha ganado tiempo para pedir la línea de crédito preventiva. Sin embargo, en estos momentos y llegados a este punto, ya no encuentras a casi nadie que no diga que se pida la ayuda cuanto antes para que actúe el BCE comprando deuda y abaratando la financiación del Estado, pero también la de las empresas.

Esta semana se hablaba de un ahorro de 15.000 millones de euros a las arcas del Estado si el BCE actúa en el mercado secundario. También colea la posibilidad de que a España le den algo más de tiempo para cumplir con los objetivos de déficit. Así que hay también algún analista que opina que quizás no haga falta pedir ningún rescate. Está claro que hay que esperar ¿a las citas electorales? ¿a la próxima Cumbre de diciembre?


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Carmen Tomás