miércoles, mayo 1, 2024
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“Porco Governo”

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

Con este aforismo de traducción bastante soez, los italianos maldicen cualquier situación ingrata o desagradable echando las culpas al gobierno de Roma.

Sin embargo, es una expresión que describe a la perfección lo que es el nuevo gobierno de Pedro Sánchez tras su investidura gracias a los votos de Sumar, ERC, Junts y Bildu, entre otros partidos del “Dream Team” que busca el bien de todos los españoles.

¿Y por qué hago tal aseveración?

En primer lugar, por cómo nace este gobierno. Nace de unos compromisos de Sánchez con todos los partidos que representan la anti-España, partidos independentistas cuyo objetivo número 1 es formar un Estado y salirse de España. Han pactado temas muy delicados y esta factura se la van a pasar a Sánchez todos los días que dure la legislatura. A nadie engañan.

Estos pactos con cada uno de esos partidos, y no nos cansaremos de denunciarlo, favorecen el debilitamiento del Estado en algunas Comunidades Autónomas, la cesión de competencias rebasando los límites de la Constitución (la ilegal amnistía es el ejemplo más elocuente, aunque no el único), la sobrefinanciación para unos territorios en detrimento de Madrid fundamentalmente, y hasta mesas de negociación ofreciendo referéndum de autodeterminación.

En segundo lugar, porque a consecuencia de lo anterior, el objetivo principal de este Gobierno será favorecer a unos territorios sobre otros. Se acabó lo de que España la forman ciudadanos iguales. Habrá dos Españas: la buena, la que se quiere ir, a la que no le faltarán recursos y la total sumisión del gobierno central, y la otra, la mala, la que encabeza Madrid, acompañada por otras CCAA gobernadas por el PP, que será la contribuyente para pagar la fiesta independentista y la culpable siempre de todos los males.

Y en tercer lugar, por la propia composición del nuevo gobierno.

Evidentemente la mayor catástrofe para los españoles es que siga gobernando alguien como Sánchez, a quien los españoles no quisieron, pero que ha reunido los apoyos parlamentarios suficientes para ser reelegido.

Pero siendo como es el presidente, el gobierno está hecho a su imagen y semejanza: sectario, divisivo y arbitrario.

Un gobierno que buscará enfrentar y un gobierno que gobernará como ya he dicho para unos y no para todos, fomentando las más bajas pasiones de división y crispación entre españoles de diferentes orígenes.

El hecho de que sigan ministros con una hoja de servicios nefasta, por ejemplo, Grande-Marlaska, condenado por la persecución al coronel Pérez de los Cobos y el ministro que persiguió a las víctimas del terrorismo, o el soberbio Escrivá, lamentable gestor del fenómeno migratorio, es una provocación al más puro estilo sanchista.

Se mantienen ministros y ministras con mala gestión, pero muy fieles a Sánchez tipo Montero, Ribera o Alegría, cuyo mayor mérito ha sido la de permanecer junto al jefe, cuando el Sanchismo parecía derrumbarse, especialmente tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo. 

Entran ministros nuevos, muy políticos pero muy bronquistas, como gusta a Sánchez, tipo Oscar Puente, que auguran terribles tardes de gloria, especialmente en las Cortes.

Mención aparte merece la valoración de los ministros cuota confluencia SUMAR (es decir, la amalgama de partidos localistas que conforman Sumar). A estos directamente como a su líder, “no hay por donde cogerlos”, pues su único valor es haber sido muy beligerantes contra el PP y los ciudadanos que no les votan.

Con una ideología extremista, comunistas orgullosos, son ministros y ministras muy ideologizados que no han gestionado en su vida absolutamente nada. Y entre ellos, destaca la sindicalista Mónica García, la mujer que llega desde Más Madrid supuestamente a revitalizar la sanidad pública española, cuando en su trayectoria lo único que ha hecho ha sido criticar y poner palos en la rueda a la mejor sanidad pública en España que es la madrileña.

Con su carácter sectario, rencoroso y “odiador” resulta imposible que haga nada beneficioso para la sanidad pública, por ejemplo, solucionar el verdadero problema que tenemos en España: la escasez de médicos, facilitando nuevas facultades de medicina. En cambio, sus objetivos parecen ser la anunciada transferencia de las competencias de gestión del MIR a las Comunidades Autónomas, la lucha contra los seguros médicos privados, o la persecución a los jubilados de Muface.

En fin, vienen años malos para los españoles por culpa de este “porco governo”.

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