Es cierto que el Rey tiene una mala salud de hierro pero también lo es que en los últimos años ha sufrido 13 intervenciones sin contar la que le hicieron el pasado martes y que le mantendrá pendiente del quirófano al menos durante otros dos meses más. Eso siempre que no se tuerza nada, y el proceso post operatorio y la rehabilitación transcurran tan satisfactoriamente como esperan los cirujanos. Ojalá sea así, ya que todos necesitamos del concurso de Don Juan Carlos, tan necesario en momentos de dificultad como los que estamos atravesando en lo económico y también en lo autonómico con la consulta de Artur Más sobre la mesa. Dos temas que requieren de mucha prudencia y mano izquierda. Cualidades que no se le pueden negar al Monarca y de las que ha dado sobradas muestras en momentos de dificultad tanto en política exterior como interior.
Ha llegado la hora de que el Príncipe demuestre que está a la altura de las circunstancias
Dicho esto, creo sinceramente que ha llegado la hora de que el Príncipe demuestre que está a la altura de las circunstancias, capacitado -algo que nadie ha puesto en duda-, para desempeñar cuando así lo decida el Rey, su padre, el papel de regente. Una decisión difícil, lo sé, pero que calmaría la inquietud que las continuas ausencias por enfermedad del Rey crean entre los ciudadanos y también entre políticos, juristas y empresarios de prestigio.
Tenemos, y así se ha dicho hasta la saciedad, el Heredero mejor preparado de la historia. Un Príncipe respetado por todos, que ha sacado lo mejor de la Reina, su madre, y lo mejor del Rey Juan Carlos. Un hombre que hace gala de un carácter templado cuando así se lo exigen las circunstancias, como bien lo ha demostrado con el «Caso Nóos», que ha puesto a prueba la estabilidad y el prestigio de la Monarquía y de todos sus miembros, y de la que han salido muy bien parados los Príncipes de Asturias, pese al coste afectivo que el distanciamiento con su hermana la Infanta Cristina pueda ocasionarle a nivel familiar.
Y es precisamente esa frialdad de la que ha hecho gala Don Felipe a la hora de afrontar un problema de esta naturaleza, por lo que la imagen del Príncipe no solo no se ha deteriorado sino que ha salido fortalecida en todas las encuestas que sobre el tema se han hecho. Razón por la cuál sería beneficioso que durante los meses que el Rey va a tener que estar dedicado a su rehabilitación a tiempo total, tomara el relevo el Príncipe Felipe, tal y como lo contempla la Constitución, y sin que eso suponga una abdicación encubierta pues soy de las que piensa que el Rey tiene cuerda para rato.
Rosa Villacastín