Martes 8 de enero de 2013. Inauguración del AVE Barcelona-Girona-Figueres. Allí, todos juntos, cada uno con sus ideas, intereses y sus maneras pero con una cualidad común: Puro cinismo.
De sobra sabemos que para pertenecer a la llamada casta política hay que tener una serie de características especiales y, desde luego, a veces es necesaria una bajeza de valores excepcional. Sólo ellos, son capaces de vender un país, de desestructurar una sociedad y de hacer y deshacer por intereses propios y nacionales un país. Y tras insultos, picardías e inconstitucionalidades varias, son capaces de estrecharse la mano, darse unas palmaditas en la espalda, hacer un pequeño break, y cada uno a lo suyo. Dejando caer las pullas con una sonrisa infranqueable en la cara.
Tras esas sonrisas y buenas formas (aparentes), la tensión de los últimos meses quedó patente
Los cuatro protagonistas principales, El Príncipe Felipe, Mariano Rajoy, Artur Mas y Ana Pastor, compartieron juntos el viaje inaugural caracterizado por la cordialidad, según los asistentes. Pero está claro que tras esas sonrisas y buenas formas (aparentes), la tensión de los últimos meses quedó patente.
Cuatro asientos, dos y dos enfrentados y separados por una mesa, dejaban al Príncipe Felipe sentado enfrente del señor Mas. Es decir, aquél que representa la monarquía española y por tanto la unidad de España (seamos o no monárquicos, pero es así) y aquél que pretende todo lo contrario. El portavoz y abanderado del referéndum de Cataluña. Por mucho que el Príncipe de Asturias defendiera que el nuevo tramo de AVE es “un paso más para la vertebración de España”, desde luego no creo que fuera de su agrado compartir asiento con aquél que planea políticas rupturistas sobre el Estado que representa.
Las poses para la fotografías de Mariano Rajoy y Ana Pastor, quienes ocupaban los otros dos asientos, tampoco mostraban la cordialidad que todos quería vender. El presidente del Gobierno español parecía querer recordar a Mas el esfuerzo que hace el Estado en la comunidad catalana, convirtiéndose en la primera en conectar todas sus capitales por alta velocidad, además de con Europa. Recordó a Mas la inversión de los 10.000 millones de euros desde el año 2000 en infraestructuras ferroviarias catalanas y señaló también que Cataluña es la comunidad que más inversiones ha recibido en el ámbito ferroviario.
Mientras que Artur Mas insistía en lo suyo, cegado por sus convicciones independentistas, y agarrándose a que Cataluña es la que más contribuye al PIB español. Si a todo esto le llaman cordialidad, no quiero ver el momento de tensión.
Rajoy recordó a Mas que Cataluña es la comunidad que más inversiones ha recibido en el ámbito ferroviario
El gran escondido de la cita, un exministro de Fomento, un imputado en el ‘Caso Campeón’ y seguramente, un asombrado de que las cosas se pueden hacer de otra forma. Nuestro Pepiño Blanco.
Los recortes que ha asumido el Ejecutivo en este tipo de inauguraciones debieron de sorprender a Blanco, pero claro, qué se le puede decir a un miembro de un Gobierno que negaba la crisis. Pues claro, si no había crisis, ¿para qué escatimar en gastos? Yo quedo bien que mañana ya vendrán otros…-Debían de pensar sin piedad-. Quizás ésta, además de la inauguración del propio tramo del AVE, sea la única nota positiva y verídica de esta cita: confirmar que los recortes llegan a otros lados.
Los ajustes dejaron fuera del evento a otros ex ministros de Fomento: Magdalena Álvarez y Álvarez Cascos. Un dato a tener en cuenta: Se ha reducido el número de invitados a estos actos de 500 personas a 180 invitados, y consecuentemente el gasto: De 300.000 euros que presupuestaba Blanco en sus inauguraciones en Fomento, hemos pasado a 75.000 euros. Un cuarto de lo que gastaban aquellos que negaban la crisis.
Pero eso parece dar igual, con una sonrisa, otra palmadita en la espalda y un apretón de manos, prueba superada. AVE inaugurado y cada uno a su casa.
Patricia Vico – en Twitter @pativico– Estrella Digital
Patricia Vico