La pacífica ciudad pesquera de Grindavík, situada en el suroeste de Islandia, se encuentra nuevamente en alerta debido a una nueva erupción volcánica este domingo. Este desafortunado suceso ha llevado a la evacuación de la ciudad, marcando la segunda vez en un mes que sus residentes se ven obligados a abandonar sus hogares.
El origen de la alarma se sitúa al norte de Grindavík, donde la reanudación de la actividad volcánica ha desencadenado una serie de medidas de emergencia. A pesar de los esfuerzos previos por contener la amenaza, mediante la construcción de barreras de tierra y roca, la naturaleza ha demostrado su fuerza implacable. «Según las primeras imágenes de un vuelo de vigilancia de la Guardia Costera, se ha abierto una grieta a ambos lados de las defensas que habían empezado a construirse al norte de Grindavík», informó la Oficina Meteorológica Islandesa (IMO) en un reciente comunicado. Además, la IMO ha revelado que «La lava está ahora fluyendo hacia Grindavík. Según los cálculos de la Guardia Costera, el perímetro está a unos 450 metros de las casas del norte de la ciudad».
Esta erupción se suma a una serie de eventos similares en la península de Reykjanes, que ha experimentado cinco erupciones desde 2021, siendo este último evento el segundo en el último mes. La región, conocida por su actividad volcánica y sísmica, se vio sacudida en marzo de 2021 por una erupción en Fagradalsfjall, que generó columnas de lava desde una fisura de hasta 750 metros, convirtiéndose en un punto de atracción turística.
En diciembre, otra erupción en el sistema volcánico de Svartsengi llevó a la evacuación de los 4.000 habitantes de Grindavík y al cierre de la Laguna Azul, un destino turístico famoso por sus aguas termales. Muchos residentes habían regresado recientemente a sus hogares antes de la nueva orden de evacuación.
La agencia de protección civil de Islandia ha declarado un estado de «emergencia», el nivel más alto en su sistema de alerta de tres niveles, indicando un riesgo significativo de daños personales, materiales y medioambientales.
La ubicación geográfica de Islandia, situada entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, la convierte en un área de alta actividad sísmica y volcánica, con ambas placas moviéndose en direcciones opuestas y generando una constante presión geológica.