Rodrigo Hidalgo, responsable del área de investigación de IGDA Perú, explicó a la Agencia Andina que el promedio de edad es de 20 y 31 años y el 84.6% de profesionales es varón.
«Luego de esa edad hay un decrecimiento que apunta a las expectativas salariales», reveló. De acuerdo con la encuesta realizada a fines del año pasado, cuyos resultados serán publicados próximamente, el 74.7% considera que su actividad profesional no cubre todos sus gastos y el 48.4% realiza otros trabajos relacionados a juegos. Además, el 40.7% trabaja desde casa.
En cuanto a su formación, el perfil del desarrollador de videojuegos peruano se centra en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). El 53.8% tiene educación universitaria y el 41.8%, técnica.
Hidalgo destacó que, a nivel internacional, este panorama es completamente diferente. «En nuestro país las escuelas de ingeniería fueron las primeras en preocupado por este rubro», dijo. Sostuvo que, en Estados Unidos, las maestrías o carreras de pregrado en videojuegos son albergadas por las escuelas de artes.
Esta situación podría generar desventajas al mercado nacional. Debido al déficit de artistas en la industria de videojuegos local se limita la diversificación de propuestas artísticas.
Además, en si opinión, al tercerizar la parte artística con freelance podría retrasar los proyectos. Con este componente artístico desde los estudios de videojuegos se podría agilizar el proceso y hacerlo menos accidentado, agregó.
Por otro lado, según el estudio, el 79.1% tiene juegos publicados principalmente para móviles, pero le sigue de cerca las versiones para computadoras y juegos web.
Para Hidalgo, la comunidad debe ser fortalecida no solo promoviendo un enfoque mayor en el componente artístico, también en la diversidad de género.
Por ello, la asociación sugiere la realización de eventos en las escuelas de arte, así como charlas en las facultades de letras, donde también hay profesionales que pueden aportar en la mecánica de los juegos.
«Queremos coordinar esfuerzos con el Ministerio de Cultura y con la comunidad de desarrolladores», añadió. Este estudio, afirmó, es el primer paso para detectar cuáles son los falencias del sector y trabajar en ello. Otra propuesta es promover espacios de coworking para desarrolladores de videojuegos.
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