Para los establecimientos hoteleros y la restauración – léase, sector turístico – en Andalucía, la Semana Santa es uno de los grandes momentos del año. La Semana Grande, la que mueve ingentes cantidades de gente y, con ello, dinero, llevados por ese fervor religioso y esa forma tan andaluza de sacarlo a las calles. Tanto que fueron algunos de los argumentos utilizados por el presidente de la Junta Juanma Moreno para atraer al Papa Francisco para una posible visita en el futuro. Ahora bien, con la Semana Santa, también llega algo cada año: la incertidumbre de la lluvia.
Con esto, confluyen varias cosas: en primer lugar, ahora más que nunca, la importancia de las lluvias en una Andalucía que acumula cinco años de sequía y va camino del sexto. Ha llovido en febrero y marzo, pero Semana Santa es clave porque, junto a Feria de Abril, es el último momento en el que se espera realísticamente lluvia. Después vendrán mayo, junio, julio, agosto y septiembre, con 0 lluvias esperables y un gran consumo de agua, sobre todo en las zonas más turísticas. Lloverá entre octubre y diciembre, pero para entonces habrá que ver el porcentaje de agua embalsada restante, estando aún por debajo de los niveles de 2023 en esta época del año.
En segundo lugar, el impacto turístico. La ocupación hotelera tanto en Sevilla como en Málaga, las dos grandes ciudades capitales andaluzas y también las dos con la Semana Santa más ‘sentía’ de todas, con permiso de la de Jerez de la Frontera y algunas más, supera el 80% según revelaba Moreno este Viernes de Dolores. Málaga superaba el 83% y Sevilla el 81%, unas cifras similares a las de 2023 en definitiva. Según cifras oficiales estaríamos hablando de un millón de turistas en una semana muy marcada, un aumento del 15% con respecto a las cifras de 2022 y un impacto económico de unos 400 millones de euros.
Un turismo religioso que en algunos años ha estado marcado por una Semana Santa muy calurosa (caso de 2015 con cirios doblándose incluso por la tarde-noche), quizás con algún día de lluvia. Pero en este caso, las predicciones son mucho menos halagüeñas en distintas partes de Andalucía. No debería tener un gran impacto al turismo, pero sí para los propios cofrades. Ya en la madrugada del pasado jueves al viernes en algunos puntos de Andalucía hubo lluvias – de las que llenan la calle de tierra en vez de limpiar, además.
No hay que olvidar que cada paso, cada imagen, esas obras de arte de Cristo y la Virgen, con o sin palio (que las hay sin palio, aunque sean pocas), no pueden arriesgarse a las inclemencias del tiempo. De manera que, ante riesgo inminente de lluvia, un año de espera puede quedarse en nada si se cancela la salida a última hora, con los propios costaleros enterándose prácticamente estando debajo del paso. Que se lo digan a los del Cachorro en Sevilla, estando casi un lustro sin poder sacar su Cristo desde Triana Oeste por culpa del caprichoso tiempo.
Incertidumbre total para Semana Santa en tres grandes focos
Y es que las predicciones asustan: en diferentes tramos del día, dan lluvia en Sevilla para todos y cada uno de los días de Semana Santa – hasta el lunes 1 de abril, incluso. Esto supone un contraste con los datos de previsiones que manejaba la propia Junta de Andalucía hasta hace unos días (la misma que alardea del progreso realizado en materia de turismo) y mete miedo en el cuerpo a la sociedad sevillana, para quienes las hermandades y cofradías son mucho más que fervor religioso: prácticamente, una muestra de estatus social, como también lo es el poder derivado de tener, el afortunado que pueda decirlo, su propia caseta de feria.
Exceptuando el martes, los pronósticos en Sevilla son de montar los neumáticos de lluvia. Incluso en la madrugá. Y, en los días en los que la lluvia podría respetar, también puede hacer acto de presencia el viento. Sin duda, una Semana Santa de pasión. La situación no es mucho mejor en Málaga, con pronósticos de lluvia cada día, aunque sí es más probable que el Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección puedan salir todas las cofradías.
Lo mismo parece que ocurrirá el Martes Santo – el miércoles pronostican lluvia, ese día en el que normalmente sale el Cristo de la Exaltación, un Cristo en un trono que, entre muchos otros, carga el propio presidente Moreno desde hace varias décadas. Ahora bien, este año no será así, dado que según varias fuentes cercanas el presidente de la Junta de Andalucía tiene un viaje familiar coincidente.
Dada la cercanía con respecto a Sevilla, el pronóstico de esta Semana Santa para Jerez de la Frontera no es muy distinto, aunque sí se espera que salga el sol el martes o el miércoles, para alegría de los hermanos del Soberano Poder. Sin embargo, el viento en la gran ciudad gaditana podría ser un problema con rachas de hasta 40 kilómetros por hora en algunos días. Pese a estar el tiempo ‘tenso’ (panza de burro, que dirían en Canarias), hasta ahora han podido salir pasos como el caso de la Entrega. Un paso que sale de la vecina Guadalcacín y tiene un recorrido de nada menos que 15 kilómetros, entrando en Jerez desde el norte hasta alcanzar la Catedral.
El viejo dicho de ‘nunca llueve a gusto de todos’ se materializa como nunca en Semana Santa. Por supuesto, es una bendición para el campo en toda Andalucía (sector que, pese a la masificación turística, sigue siendo un gran aporte para el PIB de la comunidad autónoma), pero para los 600.000 cofrades registrados (más los que se agolpan en las calles de cada centro ciudad para ver su Cristo o Virgen a quienes rinden devoción) no va a ser la Semana Santa más apacible, sino una de que mejor, como el título de cierta película, no mirar arriba. El tiempo dirá…literalmente.
