El Ejecutivo autonómico que preside Isabel Díaz Ayuso ha adquirido 14 millones de mascarillas KN95 (tipo FFP2) para su distribución de forma gratuita entre la población con el objetivo de prevenir los contagios de coronavirus, un reparto que ha comenzado este lunes.
Se trata de un tipo de mascarilla autofiltrante de calidad, pensada para personal sanitario, con una eficacia de filtración de partículas superior o igual a 92 en un índice de 100.
La entrega de este tipo de mascarillas a la población en lugar de las quirúrgicas ha provocado las críticas de los profesionales sanitarios, que consideran que las mascarillas FFP2 están destinadas para su uso en el ámbito sanitario, donde no hay «estocaje suficiente».
Los sindicatos UGT, CCOO, Satse y Amyts han denunciado que debería priorizarse el reparto de mascarillas FFP2 entre los profesionales que están expuestos a los aerosoles de los pacientes, ya que «no están recomendadas para procedimientos y procesos diferentes de los asistenciales, salvo algunos casos».
«No seria muy lógico que en cualquier hospital o en cualquier centro de salud de la Comunidad de Madrid el profesional tenga que atender al paciente con una mascarilla peor que la suya», ha señalado el portavoz de Satse, Jesús Ramos.
Ante las quejas, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha asegurado que los sanitarios disponen de material suficiente en la actualidad, con «un estocaje de 2,5 millones de mascarillas FFP2», por lo que todos los profesionales «están protegidos».
Ruiz Escudero ha indicado que «no hay escasez de mascarillas FFP2» para los sanitarios sino que hay suficiente material, uno de los requisitos que el Ministerio de Sanidad, que era «tener capacidad de estocaje de todos los equipos de protección individual (EPIS)».
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