Extremadamente educado, asumiendo responsabilidades y sin rebatir. Sumiso e incluso agradecido por el trato de la Fiscalía Anticorrupción. “Si usted lo dice, lo acepto”; “Si me lo dice usted, será así”; “Agradezco el trato del Ministerio Público, no voy a decir que estoy bien, pero estoy cómodo”. La actitud de Francisco Correa frente al tribunal ha provocado desconcierto entre algunos acusados de la trama que se sientan junto a él en el banquillo de la Audiencia Nacional. Según explican a este diario, no comprenden la estrategia adoptada por el cabecilla de la red corrupta. “Conociendo como conozco al personaje desde hace años me resulta todo muy raro. Es una declaración muy extraña. Parece que ha entregado la cuchara y él no es así. No lo entendemos”, dice uno de los procesados en el caso Gürtel que asegura sentirse confuso tras las intervenciones de Correa. “Volveré a escuchar su declaración”, añade.
Algunos de los procesados no entienden los “ataques” y el “ensañamiento” que ha empleado Correa en su declaración contra dos de los acusados. Tal y como explican a este diario, se refieren a las menciones a Luis Delso, expresidente de Isolux y a Jesús Sepúlveda, exsenador del PP y alcalde de Pozuelo. En concreto, Correa declaró este jueves que ‘Luis el Cabrón’, mote que aparecía en la documentación ‘B’ de sus empresas y que la UDEF había identificado como el extesorero del PP, no es Luis Bárcenas sino Luis Delso. “Hasta ayer Delso era amigo suyo, hoy ya me imagino que no. Además, al decir eso le ha hecho un favor a Luis Bárcenas, le ha quitado de encima un delito de cohecho”, afirma uno de los acusados.
Por otro lado, las mismas fuentes también se muestran sorprendidas por las referencias de Correa al exmarido de Ana Mato. Desde su primera intervención, el cabecilla de Gürtel ha citado en numerosas ocasiones al exalcalde de Pozuelo como implicado directo. Le señala cada vez que tiene la oportunidad de contra la parte más obscena que definía la trama: el pago de comidas, su afición por comer angulas, los regalos caros, coches de alta gama. “Los 600 euros serán de alguna de las comidas, iba un día si y uno no a comer angulas a La Trainera”, ha dicho Correa. También ha revelado este viernes que le regaló tres vehículos de alta gama: un Range Rover blanco de tercera mano, un Jaguar y otro Range Rover de renting. “Me apetece tener un Range Rover, me dijo Sepúlveda. Pues yo te ayudo, le dije”, ha manifestado Correa que aseguró que los beneficios de sus empresas los repartía, entre otros, con Sepúlveda.
La declaración, que continuará el próximo lunes, ha dejado patente el apetito y la voracidad con que numerosos cargos ‘populares’ se beneficiaron del laborioso trabajo de corrupción moral de la trama tejida por Correa y que asola al PP. “Ha intentado quitar a Mariano Rajoy cargando tintas contra José María Aznar”, dice uno de los acusados. Sin embargo, cree que sin éxito. El jueves Correa explicó ante el tribunal que su actividad ilícita con el PP nacional cesó tras la llegada del Rajoy a la presidencia del PP en 2004 debido a la “mala relación” que tenía con Pablo Crespo, exalto dirigente del partido en Galicia y acusado en la trama corrupta. Pero este viernes ha rectificado y, después de “dormir poco” para “hacer memoria”, ha asegurado que su vínculo con la cúpula nacional terminó tras fichar a Antonio Cámara, secretario personal del expresidente José María Aznar, por recomendación de su amigo íntimo Alejandro Agag. Era Cámara el que tenía una “fatal relación” con Rajoy, ha dicho Correa. Pero algunos de los procesados consideran que la supuesta estrategia empleada por Correa basada en señalar al 'aznarismo' para exculpar a la nueva época del PP capitaneada por Rajoy cae por su propio peso puesto que el actual presidente del Gobierno en funciones ocupó cargos de responsabilidad durante el mandato de Aznar. “Rajoy fue director de campañas electorales de José María Aznar. También de Pío García Escudero”, recuerda uno de los acusados a este diario.
Marina García-Rico