jueves, octubre 3, 2024
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Pérez Reverte: «‘El Club Dumas’ es un pedazo de mi vida, no cambiaría ni una línea»

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es un pedazo de mi vida. Es el mejor libro que pude escribir en ese momento y le dediqué todo mi esfuerzo e ilusión; modificar algo sería renegar de todo aquello», dice Pérez-Reverte en una entrevista, coincidiendo con la llegada a las librerías de una edición conmemorativa de esta novela, publicada por Alfaguara.

El libro, claro homenaje a Alejandro Dumas, uno de los escritores predilectos de Pérez-Reverte y «el primer hilo de esa tela de araña maravillosa que es una biblioteca», estuvo respaldado por el éxito desde que nació: se han vendido dos millones y medio de ejemplares en todo el mundo y está publicada en 51 países, 30 de ellos de lengua no española.

Pero en su día, esta obra constituyó «un desafío» para el autor, que quiso demostrar que «con Dumas puede hacerse algo más que una novela de mosqueteros». Para ello mezcló «elementos del viejo folletín europeo de masas con la novela posmoderna».

Jugar con un mercado que ya existe

«Ahora, escribir una novela de este tipo es jugar con un mercado que ya existe, pero hace quince años suponía arriesgarse a que no te leyeran, porque no había un público para estos libros», asegura Pérez-Reverte, muy crítico siempre con aquellos que desprecian la novela del siglo XIX y principios del XX y sólo consideran válida la literatura «desde Faulkner y Cortázar para acá».

«Al lector lo había hecho desertar la panda de gilipollas que tenía secuestrada la literatura, y tan sólo héroes como Juan Marsé o Eduardo Mendoza habían mantenido ese hilo sutil pero todavía firme con la literatura que te contaba cosas», señala el escritor murciano con su habitual forma de hablar, sin pelos en la lengua.

Llevada al cine por Polanski bajo el título de La novena puerta,El Club Dumas funcionó «de maravilla» desde el principio. Con este libro, «por primera vez», Arturo Pérez-Reverte se sintió «tranquilo como escritor».

«Hasta entonces, era un aventurero; yo no era del mundo literario, no tenía ninguna pretensión en ese terreno. Pero con esta novela me di cuenta de que podía vivir de la literatura y de que había un tejido de lectores, en España y en el extranjero, que ya me daban una seguridad. Con El Club Dumas empiezo a irme del periodismo», comenta el escritor, que fue corresponsal de guerra desde 1973 a 1994.

No suele releer sus libros

El autor de La tabla de Flandes,La carta esférica o La Reina del Sur no suele releer sus libros, pero ahora sí lo ha hecho con El Club Dumas, y cree que «la novela se sostiene muy bien». «Es la quintaesencia del goce; me lo pasé de miedo escribiéndola».

Protagonizada por Lucas Corso, un mercenario de la bibliofilia que debe autentificar un manuscrito de Los tres mosqueteros y descifrar el enigma de Las nueve puertas, un extraño libro del XVII, El Club Dumas abrió camino a una serie de autores cuyas novelas tienen el mundo del libro como eje central y combinan tramas detectivescas, intrigas y aventuras.

La obra de Reverte ha influido en Matilde Asensi

Pérez-Reverte se muestra prudente cuando se le pregunta por las influencias que pudo suscitar su novela en otros escritores, y afirma que si hay algunos que «se consideran herederos de su novela, eso deberían decirlo ellos, y de hecho hay una que sí lo ha reconocido: Matilde Asensi. Le estoy muy agradecido».

¿Y quiénes le pudieron influir a él? Hay un dato curioso que este académico de la Lengua no cuenta casi nunca. Cuando apareció El nombre de la rosa, de Umberto Eco, Pérez-Reverte estaba escribiendo «una novela de templarios», de la que tiene en su casa «unos 120 folios».

«Aquella novela de Eco me hizo sentir feliz, porque me di cuenta de que lo mío no era una aventura individual y equivocada, sino que gente con un peso intelectual serio opinaba lo mismo que yo de la literatura».

Y cuando leyó que Eco tenía en marcha una novela sobre templarios (El péndulo de Foucault), el escritor murciano guardó la suya y se puso a escribir El Club Dumas, en la que le hace un guiño al semiólogo italiano y lo incluye como miembro de su selecto club.

Pero «no hay una influencia de Eco en El Club Dumas. El mundo que refleja esta novela no se improvisa en seis meses, sino que hace falta una vida entera para escribirla», subraya.

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