viernes, abril 26, 2024
- Publicidad -

La ciudad de los 15 minutos: el concepto urbanístico que no gusta a todo el mundo

No te pierdas...

A nivel mundial, son ya varias las grandes ciudades que están explorando el concepto de lo que se ha dado a conocer como “la ciudad de los 15 minutos”. Un modelo de desarrollo urbanístico que aboga por crear ciudades más sostenibles y habitables, que pongan el foco en las personas.

Se presenta como una respuesta a los desafíos de urbanización, cambio climático y calidad de vida en las ciudades que la sociedad tiene que enfrentar a corto y medio plazo. Sin embargo, aunque es un mero proyecto en desarrollo, ya cuenta con un buen número de detractores.

¿Cuál es el origen de la ciudad de los 15 minutos?

Sus raíces se encuentran en varias corrientes de pensamiento urbanístico y social que se han desarrollado en los últimos años. Aunque ya desde el siglo XIX existía un notable interés por hacer un diseño urbano bien planificado y que mejorara la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.

No es posible hablar de un punto de origen específico de esta idea, pero los expertos destacan que se ha visto influenciada por diferentes corrientes. Lo que sí se conoce es la identidad de quien le puso nombre a esta nueva forma de urbanismo en 2016: Carlos Moreno, asesor de la alcaldía de París.

La primera influencia de esta forma de urbanismo se encuentra en el movimiento de diseño urbano y planificación del siglo XIX y principios del siglo XX, que dio forma a las ciudades europeas y estadounidenses más destacadas.

Otra influencia es la teoría del urbanismo sostenible, una corriente que se hizo popular en la década de 1970, y que apostaba por un desarrollo urbano sostenible. Con comunidades más compactas, mejor conectadas y más accesibles. Ya en aquella época se defendía la necesidad de reducir el uso del automóvil y de buscar vías de transporte alternativas.

En el desarrollo y diseño de las ciudades de los 15 minutos también han influido de forma notable las teorías de la Nueva Urbanización desarrolladas en la década de 1990, que defienden la creación de barrios y comunidades que fomenten la interacción social. Mezclando suelos de diferente uso, de manera que los habitantes de las ciudades tengan a su disposición zonas residenciales, zonas verdes, zonas de ocio, de consumo, etc.

¿En qué consiste la ciudad de los 15 minutos?

Esta propuesta urbanística se entra en la idea de diseñar ciudades en las que todos los servicios esenciales que pueda necesitar una persona se encuentren a 15 minutos a pie, en bicicleta, o en transporte público, desde su casa.

En la actualidad, el 56% de la población mundial vive en ciudades. Según datos de la ONU, para 2050 dos terceras partes de la población mundial estará instalada en las ciudades, y esto supone un gran reto urbanístico. Por eso, los expertos defienden la necesidad de empezar a repensar y rediseñar las ciudades.

Aunque cada proyecto de ciudad de este tipo es diferente entre sí, es fácil encontrar unas características comunes en todos ellos:

Mixtura de usos del suelo

En este tipo de ciudades, las áreas residenciales se mezclan con zonas comerciales, recreativas, educativas y de servicios. Esto reduce la necesidad de tener que realizar grandes desplazamientos para cubrir las necesidades ordinarias del día a día.

Densidad moderada

La densidad de estas ciudades es suficiente como para poder ofrecer diferentes opciones de servicios y un transporte público eficiente. Pero no llega a ser tan alta como para que aparezcan problemas de congestión de tráfico y obstáculos que afecten a la calidad de vida.

Diseño orientado a las personas

En estas ciudades, las carreteras ceden su protagonismo a calles peatonales, carriles para bici, parques y espacios públicos pensados tanto para la actividad física como para la interacción social.

Acceso a servicios esenciales

Cada ciudad dispone de los servicios esenciales básicos que necesitan sus ciudadanos. Esto incluye comercios, farmacias, centros de salud, parques, etc.

La idea es que los desplazamientos a estos espacios puedan hacerse caminando, o en transporte público. Porque un transporte público eficiente y sostenible es otra de las características de estos proyectos urbanísticos.

Críticas a la ciudad de los 15 minutos

Las críticas a este modelo urbanístico no han tardado en llegar. Hay quien argumenta que la creación de este tipo de espacios es inviable dentro de áreas urbanas que ya están desarrolladas. Solo el hecho de tener que cambiar la calificación del suelo para poder darle otros usos, podría generar un gran descontento entre los propietarios de bienes raíces, que tienen interés en mantener el status quo.

Otra preocupación es cómo afectaría esto a los diferentes grupos socioeconómicos. Algunos temen que este modelo urbanístico dé lugar a ciudades ricas y privilegiadas, frente a comunidades que acabarían quedando excluidas o desplazadas por la gentrificación. Se produciría también un importante efecto sobre las áreas suburbanas, que podrían dejar de resultar atractivas, algo que afectaría a su desarrollo social y económico.

También hay quien destaca que la ciudad de los 15 minutos puede agravar todavía más el problema de la densificación urbana.

Por otro lado, implementar con éxito la ciudad de los 15 minutos supone un cambio cultural muy importante. Algo que requiere tiempo y esfuerzo y que, en principio, puede llegar a encontrarse con la oposición de la sociedad en general.

Ciudades que están avanzando en sus proyectos

París está siendo una de las ciudades pioneras en favorecer un urbanismo de proximidad. Su hoja de ruta se basa en los pilares de proximidad, diversidad, densidad y ubicuidad. De manera que los habitantes pueden vivir, trabajar, abastecerse, cuidar su salud, aprender y disfrutar del ocio de una forma sencilla y cercana.

En Suecia, el proyecto Street Moves está poniendo el foco en que sean los propios vecinos los que tomen decisiones sobre cómo se utiliza el espacio público en los vecindarios, favoreciendo así la cohesión social. Por el momento, se ha reducido la presencia de espacio para los coches, y un 70% de los vecinos afectados perciben el cambio como algo positivo.

El modelo de Barcelona se centra en crear “superillas”, reduciendo el tráfico en ciertos barrios y dando prioridad a los peatones y a los ciclistas, a la vez que apostando por crear más zonas verdes y espacios reservados para el deporte y para que los niños jueguen.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -