El desarrollo de la tecnología ha dado lugar a la aparición de nuevos negocios. Algunos son totalmente novedosos y otros son una evolución de un servicio que ya existía. Esto último es lo que ha ocurrido con los neobancos, que son la versión digital de la banca al estilo tradicional.
Su característica más evidente es que no tienen ningún tipo de presencia física, carecen de sucursales y toda la operativa se hace online. Además, ofrecen una gran cantidad de servicios financieros que van desde operar con una cuenta corriente a gestionar una cartera de inversiones.
Transformando la banca tradicional
El número de entidades de este tipo que hay en el mercado ha crecido a un ritmo muy rápido, tanto como lo han hecho los consumidores dispuestos a contratar sus servicios.
Entre las características fundamentales de estas entidades hay que destacar las siguientes:
Operaciones 100% en línea
Mientras que los bancos tradicionales siguen manteniendo sus oficinas para la atención al público (aunque están disminuyendo su número de forma drástica), los neobancos carecen totalmente de sedes físicas.
Desde la apertura de una cuenta hasta cualquier gestión se realiza a través del móvil o del ordenador.
Facilidad de uso
Frente a los sistemas de banca online que ofrecen las entidades bancarias tradicionales, que pueden resultar complejos para quienes no están acostumbrados a operar a distancia, las interfaces de los neobancos son intuitivas y amigables.
Basta una navegación de dos o tres minutos para aprender cómo se lleva a cabo la operativa y poder realizar todo tipo de transacciones.
Tarifas competitivas
La ausencia de una estructura física consigue que la gestión de un neobanco sea más sencilla y barata que la de un banco con presencia física, y esto es algo que beneficia a los clientes.
Porque este tipo de entidades cobran comisiones más bajas que los bancos tradicionales. Incluso ofrecen cuentas y tarjetas de débito sin comisiones.
Servicios financieros diversificados
El neobanco sirve para mucho más que para tener una cuenta corriente y hacer los movimientos habituales en ella.
Estas entidades digitales han ido diversificando sus servicios y ofrecen tarjetas de crédito, carteras de inversión, transferencias internacionales, préstamos, seguros y cambio de divisas.
Enfoque en la tecnología
Los neobancos aprovechan los últimos avances tecnológicos para ofrecer las prestaciones más innovadoras. Por ejemplo, herramientas de ahorro automático y análisis de gastos.
También aplican la tecnología para mejorar todo lo posible la seguridad y garantizar que los datos de sus clientes estén siempre bien protegidos.
Seguridad en los neobancos
Una de las cuestiones que más preocupan a los consumidores, es si en la era de la banca digital sus datos financieros y personales están bien protegidos.
En este sentido, los neobancos implementan una tecnología de seguridad de vanguardia que incluye medidas como cifrado de datos y múltiples medidas de autenticación para garantizar que solo los titulares tengan acceso a sus cuentas y su información.
Los bancos digitales no están al margen del sistema y, como entidades bancarias, tienen que cumplir escrupulosamente con las regulaciones financieras y de privacidad establecidas a nivel nacional e internacional.
Esto incluye la adopción de medidas preventivas frente al blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo.
Por otro lado, los sistemas de seguridad de los neobancos incluyen sistemas de monitorización continua de las transacciones y de las actividades de la cuenta. En caso de detectarse algún movimiento inusual, se avisa inmediatamente al cliente y se toman medidas para proteger tanto los fondos como la información.
Conscientes de que la ignorancia de los usuarios en materia de seguridad puede poner en riesgo su propia seguridad, estas entidades realizan una interesante labor educativa de sus clientes. Con consejos sobre cómo crear contraseñas seguras y sobre cómo identificar los intentos de phishing.
Desafíos regulatorios que enfrentan los neobancos
Este tipo de entidades son relativamente recientes y por eso su regulación ha supuesto un reto para las autoridades y para ellas mismas.
El primero de los desafíos que han tenido que superar los neobancos ha sido obtener las licencias bancarias necesarias para ejercer su actividad.
Esto implica pasar por un proceso costoso y largo que permite a estas entidades estar a la altura de la banca tradicional en cuestiones tan esenciales como la gestión de riesgos, la liquidez o la prevención del blanqueo.
Además, han tenido que ajustarse a todas las medidas de protección del consumidor. Los reguladores exigen a los neobancos que sean transparentes en cuanto a sus tarifas, los términos y condiciones de contratación y las políticas de privacidad. Así como la implementación de medidas para garantizar la seguridad de los datos y evitar los fraudes.
Como es habitual que los neobancos operen en diferentes jurisdicciones, antes de comenzar su presencia en un país tienen que cumplir todos los requisitos establecidos por la normativa interna para las entidades bancarias.
Aunque no existe una normativa bancaria global, a fin de garantizar una competencia justa entre neobancos y la banca tradicional, los reguladores han establecido una serie de medidas que se aplican de manera equitativa a todas las entidades que operan en el mercado financiero.
Dado que la tecnología está en constante evolución, la regulación de la banca digital tienen que estar en fase de adaptación continua. Esto implica que tanto los neobancos como las entidades que ofrecen servicios de banca digital tienen que ajustar con frecuencia su forma de trabajar a las nuevas reglas.
Los neobancos son, en definitiva, una evolución natural dentro del sector financiero. Buena prueba de ello es que la banca al estilo tradicional cada vez se vuelve más digital y va reduciendo poco a poco su presencia física.
Ofrecen a los consumidores una alternativa viable y actual para sus necesidades financieras. No obstante, siempre es aconsejable que los usuarios investiguen bien el mercado y se informen antes de decantarse por un neobanco u otro, porque no todos ofrecen los mismos servicios. Prestando especial atención a cuestiones como la seguridad y la usabilidad del sistema.