martes, mayo 7, 2024
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FEDEA le pone condiciones a la semana laboral de cuatro días

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La semana laboral de cuatro días es un fenómeno que empieza a extenderse a nivel mundial. Son ya varios los países que han realizado pruebas sobre cómo afectaría a la productividad de las empresas, a la motivación de los empleados, y a la economía en su conjunto, reducir la semana laboral de los cinco días habituales a tan solo cuatro.

En el caso concreto de España, desde hace ya varios meses algo más de 40 empresas están haciendo una prueba piloto de este sistema. Por el momento, están recibiendo ayudas públicas para abonar a sus empleados la parte del salario que corresponde al tiempo que ahora no están trabajando.

Para FEDEA, Fundación de Estudios de Economía Aplicada, este sistema es viable, pero con algunas condiciones.

No puede ser una imposición legal

FEDEA ha realizado un estudio en el que analiza los retos que deberá afrontar el mercado laboral en los próximos años, y entre ellos se hace referencia a ajustes en la jornada y el paso a la semana laboral de cuatro días.

Para los expertos, este sistema podría llegar a ser viable, pero con la condición de no convertirse nunca en una imposición legal.

Esta nueva forma de redistribuir la jornada laboral se ha configurado como algo voluntario para las empresas, y así debería seguir siendo en el futuro para garantizar su éxito, según los responsables de FEDEA. Porque hay sectores y negocios para los que este cambio no es viable en ningún caso.

Hacia una reducción de los tiempos de trabajo

La jornada semanal media en España es de 40 horas, pero de un tiempo a esta parte se vienen haciendo ajustes para reducirla.

La imposibilidad de conciliar la vida personal y laboral (al tiempo de trabajo efectivo hay que sumarle el tiempo de desplazamiento hasta el lugar de trabajo y la vuelta a casa), hacen que las jornadas de trabajo, tal y como están establecidas en la actualidad, estén dejando de ser viables.

De cara a 2024 se va a establecer por ley una jornada laboral máxima de 37,5 horas por semana, y en los próximos años está previsto que continúe el diálogo para alcanzar una jornada semanal de 32 horas, lo que implicaría trabajar cuatro días por semana.

No es necesaria una ley

El documento redactado por FEDEA destaca los puntos positivos de establecer jornadas de duración más corta, pero también destaca que no es necesaria una ley que regule esta cuestión.

Para los expertos, una norma que obligara a todas las empresas a reducir el tiempo de trabajo atentaría directamente contra la heterogeneidad productiva, y acabaría dando lugar a salarios más bajos en aquellos sectores que tienen una menor capacidad de adaptación.

Serían las empresas más pequeñas las que más acabarían sufriendo las consecuencias de una jornada laboral que, por ley, se volvería más corta.

Para los expertos, lo que se debe perseguir es una mayor flexibilidad en el tiempo de trabajo, mejorando la conciliación de los empleados. A la vez que protegiendo los márgenes de producción, para que las empresas no pierdan beneficios y puedan alcanzar sus objetivos.

En este sentido, las soluciones pactadas a nivel individual entre los empresarios y sus empleados se perciben como más efectivas que una reducción generalizada de la jornada que venga impuesta directamente por ley.

Mientras tanto, el proyecto piloto puesto en marcha por el Gobierno sigue en marcha, y dentro de unos meses se harán públicos los resultados obtenidos por las empresas que se han sumado al mismo. Datos que para algunos especialistas no serán todo lo objetivos que deberían, puesto que las empresas participantes están recibiendo ayuda económica para compensar la rebaja de ingresos que van a tener al trabajar menos tiempo, y para abonar a sus empleados el salario íntegro equivalente a una jornada de 40 horas semanales.

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