Última hora
OPINIÓN

Se me ha muerto como del rayo Fernando Lázaro, con quien tanto quería

En Madrid, ni su pueblo ni el mío, se me ha muerto como del rayo Fernando Lázaro, con quien tanto quería
Fernando Lázaro (Logroño, 1966-Madrid, 2025).
Fernando Lázaro (Logroño, 1966-Madrid, 2025) en la redacción de El Mundo. (Foto: El Mundo).

"Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano".

Qué difícil saber qué escribir en estos momentos; y qué doloroso tener que poner palabras a los sentimientos tras leer en un grupo de WhatsApp: "Lamento comunicaros que Fernando Lázaro ha muerto".

Por eso, recurrir a la 'Elegía a Ramón Sijé' de Miguel Hernández es la mejor opción, en este caso, para describir lo que muchos sentimos desde tu partida. Porque todos querríamos "ser llorando el hortelano, de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano".

"Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo".

"Un periodista de raza, un gran amigo... una gran persona"

De tus logros periodísticos, y también de tu valía personal, ya lo han escrito todo tus compañeros de El Mundo. No hay mucho más que añadir. Tu familia periodística ha hablado por los que te admirábamos y te queríamos.

Ya han dicho que fuiste "un periodista de raza; un referente del Periodismo de investigación". También que eras "un gran amigo y una gran persona".

Por eso, y para contribuir a esta memoria colectiva que quedará grabada para siempre en el universo digital, como un legado y homenaje póstumo para generaciones actuales y futuras, sólo recordar que eras tan generoso que, aun estando tú como estabas, te preocupabas por la salud de los demás.

Que, aunque el tiempo pasara y no cuadraran las agendas, siempre había un audio, una llamada, para mandar "un beso gordo" a una "amiga" con esa forma tan bonita que tenías de cuidar la amistad..

Que siempre había vinos de Rioja virtuales en las fechas destacadas. Y que tu risa, esa risa que siempre será eterna, y que no perdiste ni en los peores momentos, permanecerá en el recuerdo de todos los que tuvimos la suerte y el privilegio de conocerte.

Gracias, Fernando, por haberte cruzado en mi camino. Gracias, compañero, por todo lo que nos hiciste aprender a los que veníamos detrás. Gracias, amigo, por el regalo de tu amistad.

"A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero".

Comentarios