Frente a la Catedral del Buen Pastor y a tan solo cinco minutos de la Playa de La Concha, se levanta un edificio original del siglo XIX que, desde que volvió a abrir sus puertas en 2020, ha adoptado la forma de hotel de lujo y sofisticación dando luz al Arbaso. Eso sí, respetando la integridad de su arquitectura original mezclando elementos y detalles de puro confort contemporáneo. Todo ello para subir un eslabón más en la idea generalizada de hotel y llevar a los huéspedes a una experiencia inmersa en un espacio repleto de luminosidad, serenidad y refinamiento estético.
Así, el Hotel Arbaso de San Sebastián rebosa armonía visual por los cuatro costados. Cuatro también son los elementos en los que están inspiradas sus 50 habitaciones: fuego, tierra, aire y agua. La idea del Hotel Arbaso es sumergirnos en una decoración minimalista que exhala tradición y naturaleza para hacernos sentir en casa. De ahí que, en el momento en el que entras por las puertas del hotel desde la Calle Hondarribia 24, su recibidor abierto con luces de ambiente y chimenea, nos encandile con una sensación de estar ubicados en un lugar acogedor y familiar.
Una decoración minimalista con materiales nobles
Dando como resultado esta estética tan lograda, el Hotel Arbaso se ha decantado por una decoración cuidada al detalle, minimalista con materiales nobles, ideales para un acabado de lujo. Dichos materiales se pueden observar en cualquiera de sus espacios y habitaciones: cabeceros y asientos de cuero, mesas y escritorios de nogal francés de Mosel/Arkaia, cortinas largas de lino… Pero además, también cuentan con mobiliario de Norman Foster y Rafael Moneo o grifería Steinberg, por citar algunos de los icónicos elementos escogidos por el arquitecto Iñigo Garate y las interioristas Arantza Ania y Amaia Orrico.
Además, en ninguno de los espacios se hace perceptible ningún cable, lo que aporta pureza a cada estancia del hotel. Por otro lado, se juega con los tonos oscuros y claros en función de la iluminación de los espacios. En los pasillos y en muchas de las habitaciones, predominan los tonos verdes y oscuros para no perder la continua sensación de estar adentrados en los bosques del Pirineo Navarro. A la vez, se pretende hacer una división de día y noche en las estancias, dejando los tonos claros para las zonas que más se frecuentan durante las horas de luz, y los oscuros para la zona del dormitorio, ayudando así a un profundo descanso.
En las 50 habitaciones distribuidas en el Hotel Arbaso, se pueden encontrar similitudes entre ellas. Camas King Size, encimeras del baño porcelánicas sin juntas, duchas con efecto lluvia, bañeras exentas, secadores de pelo Dyson, altavoces Marshall y, sobre todo, un silencio absoluto. Toda esa relajación puede incrementarse utilizando otros servicios generales del hotel. Una sauna seca y húmeda privada, un gimnasio con aparatos de última generación, masajes… Y en cuanto a comodidad, lavandería, aparcamiento y aparcachoches, transfer privado propio y prensa diaria gratuita.
El nombre de cada una de las suites, así como los áticos y dúplex, reciben nombres que están entrelazados con los elementos en las que están inspiradas: Izar, Xirimiri, Sustrai, Olatu, Ilargi, Sua, Zerua… o lo que en su traducción quiere decir estrella, lluvia fina, raíces, ola, luna, fuego… Lo mismo sucede con el Restaurante Narru, el servicio y experiencia gastronómica que ofrece el Arbaso y cuyo nombre deriva de Larrua, que significa cuero.
Restaurante Narru del Hotel Arbaso, una cocina tradicional que rinde culto al producto local
Los amantes de la gastronomía no pueden saltarse el paso por el Restaurante Narru. Dirigido por Íñigo Peña, Narru ofrece una interpretación personal de la cocina vasca. Para un buen despertar y una carga de energía, las diversas cartas de desayuno que podemos encontrar en el Restaurante Narru, se adaptan al gusto y necesidad del huésped. Pudiendo elegir entre el desayuno Narru, Degustación o A La Carta, la variedad de sus productos van desde bol de fruta fresca de la temporada, zumo natural, bollería y panes seleccionados, yogures, embutidos, confituras…
Las comidas y cenas se tamizan entre su carta de restaurante y de bar con productos locales y de temporada, que aúnan tradición, origen y culto. Ostras, centollos, pulpo, salmonete, almejas, bogavante y atún entre sus pescados y mariscos. Jamón de cerdo de bellota, lomo de cerdo ibérico, callos o morros son algunas de las opciones para los que prefieren carne. Una degustación en un restaurante que mantiene la esencia propia del Hotel Arbaso, con un encanto único y singular.
Otras experiencias en Arbaso
A pesar de que la estancia en el Arbaso es de lo más completa y satisfactoria, el hotel también ofrece a sus huéspedes todo un catálogo de experiencias para descubrir las joyas y las actividades más destacadas e increíbles de San Sebastián. Una forma muy general de disfrutar el País Vasco desde otro ángulo basándose en los cuatro elementos en los que se guía el hotel. Experiencias que han sido creadas ad hoc para aprender a surfear en las mejores playas de la costa vasca, disfrutar de la naturaleza salvaje, avistar desde el cielo las mejores vistas o rutas gastronómicas que nos pueden llevar a Basalore, una suite del Hotel Arbaso a escasos 20 minutos de San Sebastián, en la falda del monte Jaizkibel.
Se trata de un caserío tradicional vasco que cuenta con 27 hectáreas de terreno privado y exclusivo para aquellos clientes que necesiten un tiempo y estancia de retiro y tranquilidad. Dicha propiedad también está construida y decorada con materiales nobles de última generación. De esta forma, se mimetizan con la estética y diseño del lugar para disfrutar de lo cotidiano y convertirlo en inolvidable. Por último, para descubrir más detalles de esta obra de arte en forma de hotel, puedes visitar su página web en www.hotelarbaso.com.