Este miércoles, Daniel Sancho concluyó su testimonio, que se extendió durante tres horas, en el tribunal tailandés donde se le acusa del homicidio del médico colombiano Edwin Arrieta.
Durante la mañana del miércoles, Sancho respondió a las preguntas en español e inglés, asistido por un traductor al tailandés.
La jornada de testimonio, cerrada al público, marcó el fin de la comparecencia de Sancho, quien desde el martes se enfrentó a un intenso interrogatorio tanto de su defensa como de la acusación y la coacusación, esta última representando a la familia de la víctima.
El abogado defensor de Sancho indicó que su cliente mostró arrepentimiento durante su declaración, mencionando que «era algo que no tenía intención de que ocurriera» pero que se vio forzado a defenderse, tras ser acusado de asesinato premeditado y desmembramiento.
En una declaración anterior, durante las etapas preliminares del juicio en noviembre, Sancho ya había negado haber planeado la muerte de Arrieta, describiendo el incidente como un accidente surgido de una pelea en defensa propia después de que Arrieta presuntamente intentara agredirlo sexualmente y amenazara a su familia.
El desarrollo del juicio este miércoles no estuvo exento de polémica en relación a la admisión de testimonios. El juez negó la comparecencia de dos testigos propuestos por la defensa, entre ellos Iván Campos, psicólogo especialista en abusos sexuales, y un testigo protegido. Otros testigos, como Carmen Balfagón y Ramón Chipirrás, criminólogos jurídicos, y Rodolfo Sancho, padre del acusado, optaron por no declarar, considerando suficiente su aportación previa en el juicio.
El testimonio finalizó con las declaraciones de Manuel Carrillo, médico forense, y Pedro Mateo, psicólogo, quienes ofrecieron detalles sobre las circunstancias de la muerte de Arrieta y el comportamiento de Sancho tras el suceso.
Esta previsto que el juicio concluya este jueves, un día antes de lo previsto, con el testimonio final de otro testigo de la defensa y el alegato final de Daniel Sancho.
Este es el móvil del crimen de Daniel Sancho por el que la policía tailandesa pide pena de muerte